Opinión
Ver día anteriorSábado 6 de febrero de 2021Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

Anticorruptos, evasores fiscales // MCCI y sus donantes de la CIA// Ultraderecha sin fines de lucro

Q

uién lo diría: el sagrado templo de los cruzados en contra de la villanía del Estado (nunca de la cúpula empresarial), cuya única misión, según presume, es contribuir de manera decisiva desde la ciudadanía a combatir la corrupción y que ni por asomo tiene fines de lucro (ella misma dixit)… “utiliza un entramado muy parecido al empleado por las empresas factureras para la evasión fiscal”, es decir, totalmente ilegal y contrario al interés nacional.

Se trata de la impoluta, filantrópica, desinteresada y activa organización de derecha Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI, cuya cabeza visible y fundacional no es otra que la del impresentable Claudio X. González Guajardo, hijo de uno de los cuatachos –a su vez cabeza visible de la minoría rapaz– y socios de Carlos Salinas de Gortari, a quienes, por cierto, dicha asociación civil nunca ha investigado, con todo y que tienen muchísima tela de dónde cortar), a la que la autoridad fiscal agarró con la manos en la masa.

La Jornada lo reseñó así: “MCCI utiliza un entramado muy parecido al empleado por las empresas factureras para la evasión fiscal, aseguró Raquel Buenrostro, jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT). Reveló que mediante ese mecanismo –denunciado por el gobierno federal como una vía para la evasión fiscal– en la organización citada meten nóminas de personas inexistentes, servicios que no existen y donativos que no son donativos, sino transferencias para otro tipo de acuerdos”.

Buenrostro “sostuvo que el SAT ha detectado que fundaciones como MCCI tienen un esquema de evasión fiscal muy parecido al de las factureras. Todo se revisa, incluso en causas filantrópicas, como es el caso de la salud, con el problema que tenemos ahorita. Hay cosas impresionantes. Se ha identificado a fundaciones que supuestamente donan un equipo a un hospital; cuando el SAT revisa, resulta que el hospital no lo incluyó en sus activos porque fue prestado sólo por dos meses y luego lo mandan a otro hospital y luego a otro y a otro. Entonces, las fundaciones hacen acreditables cuatro facturas en lugar de una y al final del día les regresan el equipo. Este tipo de organizaciones de labor social se presta mucho a esconder servicios. En la revisión del SAT se detectan patrones, como en el caso de MCCI, en muchos casos las asociaciones que hacen trabajo social meten facturas o tienen en nómina gente con conflicto de interés”.

La funcionaria dejó en claro que no hay persecución contra MCCI. Yo diría que se sienta perseguido el que no se porta bien. El que se porta bien que duerma tranquilo y el que no paga impuestos que se preocupe, porque tiene que pagar. No hay persecución, hay aplicación de la ley.

Pues bien, MCCI, la asociación civil fundada, oficialmente, por Claudio X. González Guajardo (también una de las cabezas visibles de Sí por México, otra de las organizaciones de ultraderecha que no tiene fines de lucro), cuya presidencia recientemente heredó María Amparo Casar Pérez, ex funcionaria panista, ya tiene otro delicado asunto que investigar a fondo: sus propias prácticas de evasión fiscal y la corrupción asociada a ellas. Esperamos con ansia los resultados de esta nueva investigación de vanguardia.

Para llevarla a cabo, MCCI puede pedir fondos extraordinarios a las organizaciones de derecha que la financian, como las fundaciones –todas de negro, antidemocrático y fétido historial– Ford, MacArthur, Nacional para la Democracia (uno de los disfraces de la CIA) y la USAID (igual que la anterior).

En vía de mientras, Raquel Buenrostro ha detallado que las factureras “aumentan con gastos falsos –mediante operaciones simuladas, inexistentes o ficticias– las erogaciones de alguna empresa real, con lo que disminuyen sus utilidades y reducen el pago de sus impuestos. Engañan a la autoridad fiscal y generan defraudación fiscal”.

Las rebanadas del pastel

Desde que López Obrador despacha en Palacio Nacional, los cruzados de MCCI echaron a andar una aceitada maquinaria promotora de amparos en contra del gobierno federal (por todo y para todos, a razón promedio de uno cada tres días, en vías de mejorar). Pues bien, ahora que es señalada como posible defraudadora fiscal, esa organización ultraderechista tiene una salida: ampararse contra sí misma para que nadie la investigue.