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Una obsesión y un amor poco convencional se entrelazan en el thriller israelí Losing Alice
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▲ Escena de la serie Losing Alice, dirigida por Sigal Avin.Foto Cortesía de Apple Tv/+
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 24 de enero de 2021, p. 7

El encuentro de dos mujeres en un tren, una directora de cine en pausa profesional con una joven guionista, detona el choque de sus relaciones y cuestiona hasta dónde es que lo profesional se va colando en lo personal.

La primera serie producida y realizada en Israel para una plataforma de streaming con gran alcance como Apple Tv Plus ya está en línea. Se trata de Losing Alice, donde la veterana directora Sigal Avin nos pone en medio de la discordia de pareja entre Alice (Ayelet Zurer) y su esposo David (Gal Toren), ambos seducidos por la personalidad y el talento de una joven guionista llamada Sophie (Lihi Kornowski).

Después del encuentro aparentemente fortuito entre Alice y Sophie, en el que la segunda muestra su admiración y atracción hacia la directora, ambas deberán mantener la cordura durante una serie de dinámicas de poder que van de lo profesional a lo sexual, involucrando también a David, esposo de Alice y exitoso actor a quien Sophie insiste en que forme parte de la película que realizarán con el guion que ella escribió y busca protagonizar bajo el mando del personaje titular de la serie.

Serie sin precedentes

Los límites entre lo laboral y lo erótico, así como entre la realidad y la ficción que buscan construir en conjunto se empiezan a diluir, mientras la historia de crimen escrita por Sophie empieza a impregnarse en la relación de pareja entre Alice y David.

A propósito del estreno en Apple Tv Plus de Losing Alice, una serie sin precedente para la industria israelí, platicamos con la directora Sigal Avin, así como con su elenco conformado por Ayelet Zurer (Alice), Lihi Kornowski (Sophie) y Gal Toren (David).

–La historia surgió de una imagen y nada más, tengo entendido. ¿Qué se desarrolló primero: la historia o los personajes?

Sigal Avin: Los personajes. Eso fue lo primero en lo que me enfoqué. Tenía la idea de estas dos mujeres y eso me llevó después a escribir la escena en la que se conocen a bordo del tren. Poco a poco fui descubriendo quiénes eran y qué las motivaba. Una vez establecido eso fue que surgió una historia. El proceso fue diferente a lo que suelo hacer.

–¿Cómo se planteó el proyecto al elenco?; porque la serie escala el nivel de suspenso e intriga conforme avanza. ¿Conocían el arco de la historia o se les fue revelando poco a poco?

Lihi Kornowski: Sigal, la directora, es también la guionista. Ella tenía muy claro todo desde el principio, así que su dirección era muy específica. Para mí desde el inicio fue muy claro que sólo debía dejarme llevar y ser una herramienta a su disposición.

Gal Toren: En el caso de mi personaje es interesante porque es un hombre en medio de la relación que empieza a desarrollarse entre estas dos mujeres. Él cree que tiene todo bajo control pero ellas dos lo arrollan. Tuve que deshacerme de muchas mañas actorales para permitir que el género en el que se inscribe la serie entrara en juego. Porque mucho de esta serie depende de los silencios, de la música y del proceso interno de los personajes. Teníamos que darle prioridad a lo que los personajes están pensando y sintiendo. Fue un proceso actoral un tanto extraño. Porque yo soy un actor pero interpreto a otro actor, que eventualmente interpretará a otro personaje. Había momentos en los que tenía que hacer consciente en cuál de esas capas enfocarme. La serie habla mucho de cómo los actores tenemos que procesar el trabajo interno y emocional de nuestra profesión.

Ayelet Zurer: ¡Claro que Gal cree que su personaje es el más vulnerable!

Avin: Además en la vida real Gal está casado con una directora. Le gusta hacerse la víctima.

Ayelet Zurer: Y tiene tres hijas. Ya debería estar acostumbrado.

–En tu caso, Ayelet, que has trabajado en proyectos muy grandes de Hollywood y con nombres como Steven Spielberg, ¿qué te atrajo de Losing Alice, tomando en cuenta que es un proyecto hecho en tu país natal pero para consumo masivo de audiencias en todo el mundo?

Ayelet Zurer: Te mentiría si te dijera que pienso en la audiencia a la que va a dirigirse un proyecto. Para mí el elemento principal es la escritura. Entonces es un logro si me ofrecen un papel en algo que me gusta tanto. En el caso de esta serie, desde el principio supe que el guion de Sigal era demasiado bueno. Cuando me involucré en el proyecto sólo tuve acceso a dos escenas para los ensayos. Después un par más y hasta que estábamos listas para filmar fue que pude descubrir la historia completa. Me enamoré gradualmente de mi personaje pero estaba aterrada una vez que lo terminé de entender, porque pude entender qué tan profundo sería emocionalmente este trabajo. Disfruté mucho de los contrastes entre cada personaje y el desarrollo que necesitaban para ir de un punto dramático al siguiente en su viaje emocional. Además la atención a los detalles, la belleza, la precisión y lo realista de cada elemento fueron cosas que me hicieron interesarme aún más en ser parte de esto.

–La serie juega con géneros en los que sus máximos exponentes suelen ser hombres: hay un poco de Hitchcock, de Polanski y hasta Lynch. ¿Qué dirían que le abona el hecho de que es dirigido por una mujer como Sigal?

Gal Toren: A mí me parece que lo primordial es mucha valentía, porque es algo que en Israel nunca se había hecho. La serie mezcla elementos que van desde la cotidianidad de lo doméstico hasta elementos criminales y personajes femeninos muy poderosos. Y eso es algo que Sigal siempre supo. Ella quería a mujeres productoras y a dos mujeres protagonizando. Su gran valor fue lograr hacer una serie que no está infectada por ningún tipo de opinión o sesgo masculino.

Sigal Avin: Pero no es algo en lo que me fijara demasiado. No creo que sea algo a lo que se le deba rendir ningún tipo de pleitesía. Yo creo que lo mejor de la serie son las conversaciones entre el personaje de Gal y el de Ayelet. La serie logra hacerte sentir como una mosca en la pared, adentro de la habitación de una pareja real. El drama de la serie está en esos intercambios, porque se detonan discusiones que siempre están presentes en el matrimonio, en torno a qué abandonó cada quien por la otra persona.

Ayelet Zurer: La serie tiene tanta autenticidad y cercanía con la realidad que, en muchas de las escenas donde mi personaje debe dirigir al de Gal, me inspiré en cómo nos dirigió Sigal. Entonces ahí hay otra capa, porque la forma en la que trabaja mi personaje es igual a cómo trabaja Sigal en el set. Creo que eso también influyó en la mentalidad de los personajes.