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El Correo Ilustrado

Critica editorial de La Jornada del Campo

L

amentable editorial de La Jornada del Campo (19 de diciembre), en que Armando Bartra cree encontrar una salida para sacar al Ejecutivo federal del enredo de demagogia y manipulación del Proyecto Integral Morelos (PIM), cerrando el paso del gas a cualquier otro uso que no sea el de la termoeléctrica de Huexca y descalificando la protesta social. Al parecer, afirma en flagrante desconocimiento, agua y ruido son asuntos menores. Y en efecto lo son para quien carece de rigor analítico y pontifica desde el escritorio. Así, coqueteo provocador y alharaca es denunciar el asesinato de Samir Flores; la traición a la palabra empeñada contra el PIM del ahora Presidente; la parodia de una consulta amañada; la represión a opositores; la compra de voluntades por la CFE; la violación de amparos. Todas son minucias. Pero ninguna soberanía energética se puede sustentar en el atropello ni en la dependencia del suministro de gas por empresas extranjeras. ¿Cuál soberanía? ¿Dónde está la soberanía del pueblo y de los directamente afectados? La salida a esta imposición no está en el ocultamiento, el desprecio ni la retórica de la sumisión al discurso oficial, sino en algo que sigue pendiente: la construcción de ciudadanía, la escucha, la congruencia con los principios y la propia palabra, la objetividad analítica y el apego al principio precautorio.

Juan Villoro, Lilian González Chévez, Alicia Castellanos Guerrero, Paul Hersch Martínez, Rosa María Garza Marcue, Raúl Romero y Gilberto López y Rivas

Respuesta de Armando Bartra

En El mal menor y el mal mayor, digo que el encendido de la termoeléctrica es mala noticia por el grave efecto de industrialización-urbanización en zona de riesgo volcánico que provocaría usar el gasoducto como redistribuidor. Y cito lo que Aurelio Fernández, del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales dijo a La Jornada: Hay forma de evitar la tragedia, que la CFE revoque el permiso de distribución de gas en los ramales y lo haga exclusivo para la termoeléctrica. También señalo de paso que el problema de los regantes es menor y está resuelto. La carta que respondo nos receta por enésima vez la retórica de la batalla de Huexca, pero sorprende que no diga nada sobre el grave impacto que denuncio. Confirman así que lo que en verdad les interesa no es evitarle un daño mayor a la gente sino aprovechar un daño menor ya mitigado para causarle el mayor daño posible al gobierno de AMLO. Por cierto, Juan, Lilian, Gilberto… lean el editorial y si están de acuerdo firmamos una carta contra el gasoducto redistribuidor.

Armando Bartra, coordinador de La Jornada del Campo

Alerta sobre cierre de macro kioscos de prueba Covid

El gobierno capitalino ha hecho muchísimo para enfrentar la pandemia, por ejemplo, incrementar el número de pruebas, rastrear los contactos, recomendar el uso de cubrebocas. Pero, el detalle está a la hora de poner estas medidas en práctica.

Este 26 de diciembre, a las 16.30 horas, fui al macro kiosco Metro Etiopía para hacerme una prueba de Covid-19. Estaba cerrado. En 10 minutos llegué al macro kiosco de la explanada de Benito Juárez, y tampoco estaba abierto, siendo que en el sitio oficial dice que abren hasta las 17 horas.

Marqué a Locatel para averiguar dónde podía hacerme una prueba. Las cuatro veces que intenté, me quedé esperando y nunca contestaron, sólo escuché, una y otra vez, un mensaje grabado. Total que se acabó la pila del celular.

Afortunadamente, mi caso no es grave, sólo estuve en contacto con alguien que resultó positivo. Pero, ¿cómo le hace alguien que necesita información y se siente mal? No es solución que marque al 911, porque ese es para emergencias.

Justo porque creo que las intenciones del gobierno capitalino son las correctas, es que alerto sobre esto que me ocurrió, y que seguro no soy la única.

Tania Ramírez

Acerca del artículo de Marcos Roitman sobre las ciencias sociales

He leído con atención el artículo de Marcos Roitman, Pasado y futuro de las ciencias sociales en América Latina. Felicito al académico por su síntesis que nos refresca la memoria sobre nombres e instituciones que han contribuido a lo que llama el pensamiento latinoamericano. Menciona personajes brillantes y marginales, como Suzi Castor y Gerard Pierre Charles. Sin embargo, el texto de Roitman es centrista en su visión.

Falta en la lista un antropólogo clave, Fernando Ortiz, quien en su libro, El engaño de las razas (La Habana, 1946), demuestra científicamente que el concepto de raza no tiene sustento en la biología evolutiva; que si bien la idea de las razas humanas es parte de una mitología, los racismos se fortalecen.

Por último, el artículo omite una institución básica para el pensamiento crítico, la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Y cuando habla del relevo generacional del pensamiento social en América Latina, olvida mencionar a los protagonistas de dicho relevo, quizá porque éstos están en la orilla: las mujeres, (como Yásnaya Aguilar). Y con ellas, los nuevos científicos sociales, hoy pensadores y actores del debate y la transculturación de la palabra florida: los indígenas.

Ana Claudia Molinari