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México SA

Aumento salarial: el chantaje, otra vez // Cúpula empresarial retorcida por el 15%

P

revisible, como siempre, la cúpula empresarial hizo berrinche por el aumento de 15 por ciento al salario mínimo –vigente desde el primer día de 2021– , y como lo suyo no es la creatividad recurrió a lo de siempre: chantajear con la pérdida de empleo y la quiebra masiva de negocios. De hecho, tal incremento motivó al presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar, a decir que la decisión de la Conasami podría utilizarse como pretexto en las negociaciones de los contratos colectivos en todo el país.

Mientras, al mercenario Gustavo de Hoyos –cabeza visible de la Coparmex– le urge una buena dosis de pomada de la campana, porque el presidente López Obrador no quiso poner nada en su enloquecida propuesta de una aportación gubernamental extraordinaria por Covid-19, es decir, que el gobierno federal pagara una tercera parte del irracional aumento al salario mínimo, según lo calificó, por mucho que a lo largo de 36 años gobierno e iniciativa privado mantuvieron el ingreso mínimo totalmente al margen del mandato constitucional.

No es novedad, pero durante décadas la cúpula empresarial defendió su idílica versión de que en México casi nadie gana el salario mínimo, de tal suerte que –de acuerdo con su dicho– no habría motivo de queja. Lo cierto es que lo único que exige es que no le muevan un milímetro al jugoso negocio que le armaron los gobiernos neoliberales, es decir, que crezcan sus ganancias a costillas de la miseria de millones de mexicanos.

Como lo mencionamos días atrás, a lo largo del régimen neoliberal el aumento acumulado del salario mínimo fue cercano a 26 mil por ciento, muy alejado del incremento de la inflación en el mismo periodo, que rondó 70 mil por ciento, pero el gobierno y la cúpula empresarial todavía se daban el lujo de presumir que el poder adquisitivo de los salarios se ha venido recuperando, cuando en los hechos cayó en picada.

El presidente López Obrador documentó muy bien la historia reciente: en 1980 (dos años antes de iniciar el régimen neoliberal), a nivel global el salario mínimo mexicano se ubicaba en el escalón número 12; para 1990 (con Salinas de Gortari en Los Pinos) cayó al peldaño 30; en 2000 (la primera alternancia PRI-PAN) ya estaba en el 48; diez años después (con Borolas, autonombrado presidente del empleo) en el 81 y al cierre de 2018, con Peña Nieto, en el 82. “Ahora con este aumento (15 por ciento) vamos a subir al 76. Es insensato hablar de que esto va a afectar la economía. ¿Entonces en la economía no cuentan los trabajadores?

Sobre la negociación tripartita en materia de salario mínimo López Obrador dijo que no se logró el consenso, pero no fueron muchas las diferencias; sí se planteó un ofrecimiento de incremento por parte del sector empresarial y los integrantes de la comisión consideraron que no era suficiente. Se debe tener en cuenta que el salario en México se desplomó durante el periodo neoliberal, es de los salarios más bajos del mundo. Entonces, necesitamos, es urgente recuperar la capacidad de compra del salario mínimo. Además, así lo establece la Constitución, el salario debe ser justo y debe de alcanzar para el sustento de la familia, ese es el mandato constitucional. Durante más de 30 años se castigó el salario de los trabajadores, inclusive hubo años en que los aumentos al salario mínimo estuvieron por abajo de la inflación.

Los gobernantes neoliberales y los tecnócratas, engañaron al decir que si se aumentaba el salario crecería la inflación. Ese fue el estribillo, la excusa y acabaron con el salario mínimo. Entonces, por eso es justo, es necesario el aumento. Entonces, los trabajadores van a tener un incremento que, a escala mundial, todavía avergüenza. ¡Cómo vamos a estar en el grupo del G-20, de los países con más riquezas en el mundo y ocupar el lugar 76!

Las rebanadas del pastel

En la batalla por las vacunas no solo está en juego de la salud del planeta, sino un multimillonario negocio para los laboratorios, y para estos la fórmula es sencilla: sin escrúpulo alguno, surtirán a quienes tengan con qué pagar.