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Ver día anteriorLunes 16 de noviembre de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad perdida

Sindicato de Notimex, la impunidad a su servicio // Invasión a una empresa privada sin consecuencias // Lo que queda del Frena

E

s muy seguro que el eslabón más fuerte de la corrupción, el que aún campea pese a la Cuarta Transformación es, sin duda, la implacable impunidad.

Los ejemplos ponen en riesgo cualquier buena intención y tienen que ver, en su mayor parte, con el quehacer de algunas dependencias que abusan del poder y actúan bajo las reglas del resentimiento social o la idea de una justicia trasnochada que pasa sobre la ley sin temor a las consecuencias.

Tal vez el mejor ejemplo sea el problema que se vive, desde hace ya un buen rato, en la Agencia de Noticias del Estado Mexicano (Notimex) , donde se ha premiado la corrupción con la mayor divisa: la impunidad.

La agencia, corroída por sus propios trabajadores ahora protegidos por falsas interpretaciones legales que emanan de las oficinas de las dependencias gubernamentales encargadas de la justicia laboral, lucha por sobrevivir y ahora, derivado de la persecución que se ha emprendido en su contra, ha perjudicado a terceros ajenos al conflicto.

Así, entre los rumores, la persecución y cubiertos por el manto de la impunidad que les colocó la Secretaría del Trabajo y la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, los integrantes del sindicato de Notimex, más conocidos por sus actos de corrupción que por su labor informativa, allanaron las instalaciones de la empresa Gabssa, ubicada en África 15, en Coyoacán, bajo el supuesto falso de que ahí se ubicaban unas oficinas alternas de la agencia de información.

La reacción de la empresa fue contundente: acusar de los delitos de allanamiento de morada, entre otros, al sindicato de la agencia de prensa que de manera ilegal ocuparon las instalaciones, no obstante que un actuario de la propia Junta Federal de Conciliación y Arbitraje dejó constancia de que en el inmueble marcado con el número 15 de la calle África no laboraba ninguna persona relacionada con Notimex.

Y bueno, a la denuncia de la empresa, palabras más, palabras menos, la respuesta de las autoridades fue simple: sí, tomaron la empresa de forma ilegal, pero no podemos hacer nada, aunque además, mantengan al vigilante de la compañía Gabssa impedido de abandonarla.

Cómo será el poder de la impunidad que aun con la privación de la libertad de que es víctima el trabajador de seguridad, la policía se niega a actuar; total, frente a los caprichos políticos de quienes auspician la ilegalidad nadie puede o todos se hacen de la vista gorda para dejar intacta la injusticia.

El análisis del conflicto, si se quiere hacer, podría incluso establecer puntos fundamentales para señalar con exactitud el daño que durante mucho tiempo se ha hecho a una entidad como Notimex, que merece un mejor futuro.

De pasadita

Los muy pocos militantes del frente opositor al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador que aún seguían en el plantón del Zócalo recibieron la orden de abandonar la plaza, en un mensaje grabado de quien parecía ser su líder, Gilberto Lozano, que esa misma noche fue destituido por los que se negaron a aceptar su imposición.

A los 53 días de haber empezado, el movimiento fracasó y Lozano, a quien sólo se le vio por ahí unas cinco veces cuando mucho, declara traidores a quienes no le hacían caso, lo que provocó que el pequeño, pero ruidoso grupo, creara una división profunda que parece no tener remedio.

Por lo pronto, quienes se niegan a abandonar la plancha del Zócalo también empezaron a exigir que Lozano entregue cuentas limpias y claras sobre la ayuda y los apoyos que recibió el Frena. No tienen remedio ni unos ni otros.