Opinión
Ver día anteriorSábado 14 de noviembre de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Apuntes postsoviéticos

Incierto futuro

H

ace apenas dos semanas parecía improbable que Armenia se rindiera tan pronto, pero la entrada del ejército azerí en la estratégica ciudad de Shusha, que garantizaba por vía terrestre el acceso de la autoproclamada república de Nagorno-Karabaj a territorio armenio tras la pérdida de la llamada franja de seguridad en torno al enclave, cambió el curso de esta guerra que libraron un ejército del siglo XX (el armenio, con armamento convencional) y otro del siglo XXI (el azerí, con drones y misiles turcos e israelíes).

Azerbaiyán, con el decisivo respaldo de Turquía, infligió una dolorosa derrota a Armenia, que no sólo acabó expulsada de los siete distritos azeríes que conquistó, con el apoyo de Rusia, en los años 90 del siglo anterior, sino que tendrá que devolver a Azerbaiyán parte significativa de la autoproclamada república y permitir un corredor que va a unir el exclave de Najicheván con territorio azerí, por donde Turquía, además, podrá reforzar su presencia en el Cáucaso del sur y obtener una salida al mar Caspio.

El gobierno de Armenia se vio obligado a aceptar estas condiciones humillantes para salvar a la población civil y a los soldados que quedaron en Nagorno-Karabaj atrapados en un cerco cada vez más estrecho. Muchos armenios acusan de traición al premier, Nikol Pashinian, y no es claro si éste logrará mantenerse en el cargo, después de un fallido primer intento de destitución en el Parlamento.

Entre los armenios crece el resentimiento hacia Rusia por no haber intervenido antes para detener a Azerbaiyán y les duele que el Kremlin nunca haya reconocido la voluntad de la abrumadora mayoría de los habitantes de Nagorno-Karabaj expresada mediante referendo, argumento principal que Moscú usa para justificar la incorporación de Crimea a la Federación Rusa.

El estatus de lo que queda de la república de Nagorno-Karabaj es incierto: Bakú quiere recuperar su completa soberanía; Yereván confía en que, aunque no reconocida por nadie, pueda seguir siendo independiente de facto, y no se excluye que, si hay cambio de gobierno, Armenia denuncie el pacto y se vuelva a la guerra.

Entretanto, Rusia y Turquía no terminan de negociar la participación turca en las labores de pacificación y otros flecos del arreglo que no figuran en la declaración tripartita que selló la derrota armenia.