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Que digan que estoy dormido, aporte para que el teatro de revista siga vivo a la distancia
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▲ Integrantes del elenco del montaje que se presentó vía streaming.Foto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de noviembre de 2020, p. a11

Cobijados con el juego de la cámara, varios roomies-actores en un departamento, que fungió de escenario, se desarrolló vía streaming la revista teatral Que digan que estoy dormido, la cual contribuye a que este arte siga vivo a la distancia.

La sátira política, escrita por Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio y dirigida por Lauro Longoria, expone mediante 25 personajes y ocho cuadros escénicos situaciones reales, con perspectiva crítica e irreverente, humor negro y una gran dosis de sarcasmo.

Los actores abordaron temáticas sociales y políticas para ofrecer un momento crítico, pero de reflexión, dirigido a los internautas, que observaron la iniciativa escénica, la noche del sábado, montada desde el departamento, que comparten los jóvenes artistas en la vida real.

El elenco, integrado por Carlos Alexis, Jazmín Tirzo, Grecia Soberanis, Axel Ivy, Juan David Castaño y Lauro Longoria, expuso el acontecer político actual y temas como la corrupción y la impunidad; además, señalaron la complicidad de la prensa con el poder y las injusticias sociales.

No nos han silenciado

Todavía no nos han silenciado, expresaron los actores a lo largo del montaje, a la vez que manifestaron que a los gorilas no les gusta la rebeldía.

Cantaron al unísono: Decimos que estamos hartos, pero no hacemos nada, el que no transa no avanza y todos somos... iguales; México, lindo y podrido, lleno de desigualdad... esto tendrá que acabar; que digan que estoy dormido, es lo que hay que cambiar, México lindo y podrido, basta de impunidad.

Esta revista teatral, de la compañía Carroñeros, significó un gran reto, pues se integraron distintas disciplinas a través del lenguaje teatral, al combinarlo con el audiovisual, en el que la manera de trabajar cambia respecto de lo actoral, la dirección, el espacio escénico y la música.

Longoria ya había comentado: La pandemia nos ha obligado a reinventarnos y nosotros no quisimos dejar de crear; lo más divertido ha sido experimentar el juego con la cámara, además de que ha sido un gran reto la relación actor-cámara.

Los alumnos de la Escuela Nacional de Arte Teatral adaptaron su departamento y cada uno de los espacios para mostrar en sketches a prostitutas guatemaltecas, una cabeza ensangrentada que perteneció al narco (que relata todos sus crímenes en su vida), a un sacerdote pederasta o a una familia corrupta de la clase política mexicana. Se recorre, en plano secuencial, todo el lugar, con el ojo de la cámara.