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Bolivia: rescatar la democracia // Cienfuegos, apenas el primero

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lo largo de su presidencia, Evo Morales transformó el rostro de Bolivia, incluyó a millones de personas históricamente olvidadas, a quienes garantizó crecientes niveles de bienestar por medio de la redistribución del ingreso y la riqueza, recuperó los bienes nacionales y alcanzó altas tasas de crecimiento económico, que llegaron a ser las mayores de Sudamérica y las terceras de América Latina.

Un golpe de Estado canceló toda perspectiva: en noviembre del año pasado la ultraderecha boliviana y el Ejército truncaron esa vía de desarrollo, llevaron al exilio a Evo Morales (primero a México y después a Argentina) y hundieron a Bolivia, reprimieron al pueblo, reposicionaron a los sectores tradicionalmente privilegiados y poderosos, e impusieron a un títere fascista con rostro de mujer, con la complicidad de la infame Organización de los Estados Americanos y su cabeza visible, Luis Almagro, gato de Donald Trump.

Casi un año después, y luego de pretextos sobre pretextos de los golpistas para evitar las elecciones (originalmente agendadas para el 3 de mayo del presente año), los bolivianos regresaron a las urnas con la decisión de recuperar la democracia y en este sentido todo apunta a que el Movimiento al Socialismo (MAS), favorito en todas las encuestas, regresará a Palacio Quemado, tras el eventual triunfo en primera vuelta de Luis Arce Catacora, ex ministro de Economía y Finanzas de Evo Morales en prácticamente todo su periodo presidencial.

Sin embargo, con tal de evitar el retorno del MAS a la presidencia de aquel país, los golpistas han intentado de todo para cancelar que los bolivianos decidan libremente a sus representantes, porque ayer se votó no sólo el cargo de primer mandatario, sino el de vicepresidente y los integrantes de la Asamblea Nacional.

Habrá que esperar el resultado oficial de las elecciones bolivianas (en una decisión por demás sospechosa, la noche previa a los comicios el Tribunal Supremo Electoral canceló el conteo rápido previsto para el cierre de la jornada de ayer), con la esperanza de que sea tan contundente que erradique cualquier posibilidad de un nuevo intento golpista. De acuerdo con la legislación de ese país, para ganar en primera vuelta es necesario obtener 50 por ciento más uno de los sufragios, aunque también permite que sea con 40 por ciento, pero con una diferencia de 10 puntos sobre el candidato que ocupe el segundo lugar.

En vía de mientras, en su más reciente diagnóstico, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) subraya que en 2019 “la economía de Bolivia se ralentizó significativamente, ya que creció apenas 2.2 por ciento, en comparación con el 4.2 por ciento registrado en 2018. Esta pérdida de dinamismo obedece, por un lado, a la contracción continuada de la producción de hidrocarburos –sumada a la coyuntura adversa de los precios internacionales– y, por otro, a la paralización de diversas actividades como consecuencia de la incertidumbre desencadenada por las elecciones en octubre (léase golpe de Estado). Dado el impacto de las medidas para enfrentar la crisis sanitaria de la enfermedad por coronavirus sobre la demanda interna y la menor demanda externa, proyectamos que el PIB se contraerá un 5.2 por ciento en 2020”.

En 2019, detalla la Cepal, a pesar del deterioro de las exportaciones de gas natural y minerales, el déficit en cuenta corriente se redujo más de un punto del PIB, debido a una marcada contracción de la importación de bienes. Aunque los datos muestran una relativa mejoría en el saldo de la cuenta corriente, el gasto de los hogares se redujo de 3 por ciento en 2018 a 2.6 por ciento en 2019, lo que se compensó con las mejores condiciones del mercado laboral que se vieron beneficiadas por el relativo dinamismo de la actividad económica hasta el tercer trimestre del año, es decir, antes del golpe de Estado.

Las rebanadas del pastel

Destapada la cloaca, todo indica que, en el plano militar mexicano, Salvador Cienfuegos apenas es el primero de una larga lista.