Opinión
Ver día anteriorDomingo 18 de octubre de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Desde otras ciudades

Un gigante en el subsuelo al norte de Tokio vela por la seguridad de la gran urbe

Foto
▲ Para prevenir las consecuencias que genera el cambio climático, en la prefectura de Saitama se construyó el enorme complejo que también sirve como atracción turística.Foto Afp
E

l partenón subterráneo, un complejo de hormigón de dimensiones faraónicas diseñado para proteger Tokio y sus alrededores de las inundaciones, cuyo uso podría ser cada vez más necesario a medida que se acelera el cambio climático, según los expertos.

En la superficie no se deja entrever la presencia en el subsuelo del depósito principal, con aires de catedral, del complejo Kasukabe, en Saitama (norte de Tokio), el más grande de este tipo en el mundo. El suelo está húmedo y la iluminación es tenue.

La enorme estructura, larga como dos campos de futbol y sostenida por pilares de 500 toneladas, es lo suficientemente profunda como para contener la Estatua de la Libertad.

La instalación permite canalizar y redirigir el exceso de agua generado de las tormentas, con lo que se protege una de las zonas urbanas más densamente pobladas del mundo.

El personal del lugar está en alerta constante, especialmente durante las temporadas de lluvias y de tifones en Japón, que generalmente van de junio a finales de octubre.

Estamos en una zona en la que las lluvias torrenciales e incluso las habituales pueden inundar las casas y las carreteras, dijo Nobuyuki Akiyama, director de infraestructuras de Kasukabe.

El exceso de agua llega automáticamente hacia el complejo y los operadores la bombean fuera del depósito principal a medida que se acerca a su capacidad máxima, explica Akiyama.

El depósito está conectado a un túnel de 6.3 kilómetros de largo con un sistema que puede descargar cada segundo el equivalente a una piscina de 25 metros en el cercano río Edogawa.

Según Akiyama, el embalse permite reducir en 90 por ciento el número de viviendas afectadas por las inundaciones en las zonas circundantes.

Los expertos advierten, sin embargo, que hay que hacer más, porque el calentamiento global provoca que los desastres naturales, que solían ocurrir sólo una vez cada siglo, sean más frecuentes.

Según la agencia meteorológica japonesa el número de tifones que amenazan a Tokio cada temporada ha aumentado 50 por ciento en 40 años.

Cuando no se utiliza, el depósito Kasukabe está abierto a los visitantes para subrayar la importancia de la gestión de los desastres naturales.

Toru Tamai, un jubilado de 79 años que participó en una visita reciente, dijo que estaba impresionado por el tamaño de las instalaciones, pero es sólo una medida defensiva.

Afp