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Se enfrentan policías griegos y migrantes en Lesbos por traslado a un nuevo campo de refugiados

Miles de asilados duermen a la intemperie tras incendiarse el centro de Moria

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▲ Escena durante los choques entre migrantes y agentes antidisturbios cerca de Mitilene, en la isla nororiental de Lesbos.Foto InTime News
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de septiembre de 2020, p. 20

Lesbos, Grecia., Cientos de migrantes protestaron ayer en Lesbos ante la inminente apertura de un nuevo campo, donde temen sentirse en una prisión. Por razones diferentes, los habitantes de la isla griega también se oponen a ver de nuevo a los refugiados instalados en tiendas de campaña cerca de sus hogares.

Grupos de migrantes se enfrentaron a la policía cerca de Moria después de que intentaron marchar hacia el puerto de Mitilene, el más importante de la isla. Los agentes emplearon gas lacrimógeno para impedir su avance.

Previamente, cientos de ellos se manifestaron para exigir que se les permita salir de Lesbos con pancartas con consignas como No queremos volver a un infierno como el de Moria o ¿Nos escucha, señora Merkel?, en referencia a la canciller alemana, Angela Merkel.

Mientras, las autoridades continúan con la construcción de un segundo centro de internamiento para alojar a las personas que han quedado a la intemperie.

No se pueden quedar en la calle. Es peligroso y les recuerdo que el coronavirus está por todas partes, dice Michalis, empleado de los servicios de asilo griegos, a un grupo de migrantes, ayudado por un traductor.

Este campo será diferente, les garantiza, refiriéndose al lugar que preparan las autoridades griegas para dar cobijo a una parte de los 11 mil migrantes que vivían en el campo de Moria, sobrepoblado y paupérrimo, que fue devastado por las llamas esta semana.

Desde hace cuatro días miles de personas, entre ellas unos 4 mil menores, duermen a la intemperie, en las carreteras, estacionamientos e incluso en el cementerio. Su situación precaria alarma a organizaciones de derechos humanos.

Les prometemos que los procedimientos de asilo se acelerarán y que podrán salir rápidamente de la isla, insiste Michalis. Pero quienes lo escuchan no quieren revivir la falta de higiene, la violencia o las peleas casi diarias entre diferentes grupos étnicos. La mayoría de los ex habitantes de Moria proceden de Afganistán, pero también hay sirios, congoleños e iraníes.

No queremos ser trasladados a un campo cerrado donde no habrá ni seguridad ni libertad, dice Mah-di Ahmadi, afgano de 21 años. A poca distancia, las excavadoras del ejército trabajan para acondicionar el campo, que podrá recibir a unas 3 mil personas y que está a sólo unos kilómetros de Moria. En primer lugar se dará cobijo a las familias y los migrantes más vulnerables.En Moria podíamos entrar y salir, pero este campo será como una cárcel, explica una mujer congoleña, madre de un bebé de cinco meses.

El fuego en Moria destruyó mucha documentación, como los expedientes de las solicitudes de asilo, y en la mayoría de los casos habrá que empezar de cero. Además, en el campo se detectaron 35 casos de coronavirus antes del incendio y sólo ocho de esas personas fueron encontradas por las autoridades hasta el momento.

Frente a la policía antidisturbios, centenares de refugiados gritaron ayer No al campamento, antes de que los agentes usaran gases lacrimógenos contra ellos.

Pocas cosas unen a los migrantes con los habitantes de Lesbos, pero la oposición a este nuevo albergue es una de ellas. Sería mejor que no hubiera otro campo. Sobre todo porque con la pandemia no queremos que estén cerca de nuestras casas, dice Kostas, cuyo domicilio está cerca del futuro sitio. Todo el mundo está cansado: los refugiados y los habitantes locales, agregó.

Envalentonados por las autoridades, algunos lugareños han bloqueado las carreteras para impedir que las excavadoras pasen y retrasar la instalación de los migrantes.

El gobierno griego envió refuerzos policiales a Lesbos el viernes, donde ya hubo enfrentamientos con los habitantes en febrero, cuando el gobierno intentó construir un nuevo campamento.

El campamento provisional debe estar terminado lo antes posible, apuntó el responsable en Lesbos de Médicos Mundi, Dimitris Patestos. El emplazamiento de las tiendas levantadas de urgencia está en unos terrenos empleados habitualmente como campo de tiro del ejército.

Varios países de la UE accedieron a acoger a 400 menores no acompañados tras el incendio. Ayer, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recordó que sigue habiendo demasiados niños y familias que se enfrentarán a otra noche al aire libre. Necesitan urgentemente refugio, protección y acceso a servicios básicos. Además, Unicef ha pedido a más países que acojan a más menores refugiados.