Política
Ver día anteriorViernes 21 de agosto de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Pandemia
Derechohabientes no acuden a citas de especialidades programadas en hospitales
 
Periódico La Jornada
Viernes 21 de agosto de 2020, p. 17

En los hospitales donde las actividades comienzan a normalizarse, luego de que por varios meses se dedicaran de forma exclusiva a atender a personas enfermas de Covid-19, los derechohabientes están dejando perder sus citas, al parecer debido a que no logran superar el miedo a contagiarse del nuevo coronavirus.

Al mismo tiempo, muchos otros pacientes siguen esperando a que los hospitales públicos donde los atendían vuelvan a abrir su puertas al servicio regular, lo que les ha ocasionado no sólo mayores gastos económicos, sino también el riesgo de que sus dolencias se agraven por la falta de atención.

Una de las personas que se han visto seriamente afectadas por la pausa que generó el Covid-19 de manera forzosa es Miguel (nombre ficticio para proteger su identidad real), quien vive con VIH y necesita vigilar de manera constante su estado de salud para evitar cualquier riesgo.

En noviembre del año pasado, Miguel se hizo por última vez el estudio conocido como CD4 o recuento de linfocitos, mediante el cual se detecta la carga viral para saber si ésta ha aumentado o si ha disminuido hasta hacerse indetectable, gracias a que los medicamentos están surtiendo efecto.

Sin embargo, debido a la reconversión de algunos hospitales y el cierre temporal de otros, los análisis que tenía que hacerse en abril pasado no los pudo llevar a cabo y por tanto no puede saber a ciencia cierta si debe cambiar la dosis de sus medicinas o no. De igual forma, tuvo que desembolsar 20 mil pesos en una operación de urgencia que debió haberle practicado una institución pública.

La enfermedad no espera y quiere que la atiendas. Con un tratamiento bien llevado, nos podemos morir de mil cosas, pero ya no de VIH. Por eso llamo a las autoridades a que sean más sensibles, porque es ilógico que cierren los servicios médicos y te manden a tu casa hasta que pase la pandemia, enfatiza.

En el caso de Esther Ramírez, ni siquiera el hecho de trabajar en una institución de salud la ha ayudado a obtener de alguna forma la consulta que requiere desde hace meses con un angiólogo, para que le digan la razón del dolor que siente en la planta del pie izquierdo.

Por lo que me dice una doctora, es un problema en la vena que me corre por la pierna. Cuando la cruzo, siento una pulsación y un dolor muy fuerte. Sí ha sido un poco limitante, porque cuando quiero levantarme a hacer alguna actividad, el dolor te incapacita. Ya lo sé manejar y se me va quitando, dice.

En los hospitales y clínicas donde el proceso de reapertura ya ha comenzado, los trabajadores han comenzado a notar una reacción paradójica de muchas personas: la mayoría de ellas prefieren no acudir a las consultas que necesitan, y que estuvieron esperando durante meses, supuestamente por miedo al Covid-19.

“Los pacientes llegan todavía con miedo, por la idea de que en los hospitales ‘estamos matando a la gente’, o dejan perder su cita. El lunes tenía agendados veintitantos pacientes y sólo llegaron cinco. Siguen ‘guardados’ y se están dejando empeorar”, cuenta una enfermera que pidió el anonimato.

Para la trabajadora, el ritmo normal de las consultas se va a reanudar probablemente hasta octubre, todo el mundo va a venir a hacer filas, hasta los enfermos más delicados, y el riesgo es que ahora se nos agolpen muchos pacientes.