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Astillero

Lozoya: todo conforme al libreto // En espera de nombres // Priístas, pocos y divididos // Alito toma partido

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SHOW EN EL SENADO. Justo cuando se abría la primera sesión del periodo extraordinario en el Senado, la panista Martha Márquez (centro) arrebató la tribuna a la presidenta de la mesa directiva, Mónica Fernández (atrás con careta), y extendió una manta con la exigencia del ingreso universal básico, misma que le arrebató por un momento la morenista Antares Vázquez, lo que retrasó más de una hora el trabajo legislativo.Foto Roberto García Ortiz
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asta ahora ha sido más el ruido que las nueces, aunque ello no significa que, en otro momento procesal y político, no vaya a haber nueces.

Todo bajo control y conforme al libreto: la Fiscalía General de la República aportando datos, indicios y presuntas pruebas; Emilio Lozoya, ahora rebautizado para efectos judiciales como ERLA (sus siglas: Emilio Ricardo Lozoya Austin), declarándose no responsable ni culpable e invocando un aparato organizado de poder que lo habría obligado a delinquir, y los jueces, José Artemio Zúñiga Mendoza y Juan Carlos Ramírez Benítez, sobrellevando los protocolos de actuación a sabiendas de que todo desembocará en el trato de interés mutuo que han pactado la FGR y Palacio Nacional para que Lozoya no pise la cárcel, reciba consideraciones y termine como testigo colaborador.

De España a un hangar en la Ciudad de México y de ahí a un hospital privado (¿y luego, a casita?); de Agronitrogenados a Odebrecht, ¿pasando por el calderonizado Etileno XXI?; de gran corrupto a testigo colaborador, Lozoya ha ido fijando la narrativa de su defensa (declararse un instrumento no doloso de un aparato organizado de poder alejado del derecho, de lo cual dará nombres y cargos) a la par que el aparato organizado del poder actual le ha ido cumpliendo las promesas de buen trato y futuro desahogado.

Los dardos, ciertamente, apuntan a Enrique Peña Nieto y a Luis Videgaray, con Felipe Calderón Hinojosa como fuerte aspirante a entrar a la lista negra, además de otros personajes medianos y menores, de partidismo variopinto. Ya se verá cómo vienen los capítulos de esta serie de suspenso y emociones políticas.

Son pocos los diputados federales (46) y senadores (13) del Partido Revolucionario Institucional y ni siquiera atinan a ponerse de acuerdo en votaciones clave. Este martes, los representantes priístas en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, dos diputados y dos senadores, sufragaron en sentido distinto. Los primeros (la yucateca Dulce María Sauri Riancho y el coahuilense Rubén Moreira Valdés; ambos, ex gobernadores de sus estados) se unieron a la propuesta de Morena para convocar a un periodo extraordinario de sesiones que permita desahogar temas, sobre todo los de interés del presidente Andrés Manuel López Obrador. Los segundos (Claudia Ruiz Massieu Salinas de Gortari y Manuel Añorve, ambos con interés político en Guerrero) se negaron a apoyar a Morena, como parte de lo que se ha llamado el bloque de contención al partido ahora en el poder. Con los votos de Sauri y Moreira se pudo convocar al citado periodo extraordinario.

El enredo no terminó ahí, el morenista Alejandro Moreno (es decir, morenista en cuanto a su apellido), quien preside en alicaídos términos el comité nacional del PRI, tomó partido dentro de su partido, al tuitear en dos entregas: “Por encima de todos los temas políticos debe estar la salud y vida de las familias mexicanas. Los diputados @DulceSauri y @rubenmoreiravdz votaron en congruencia a las necesidades de México” y “Ante la crisis de salud no hay margen de error, el verdadero costo político sería no actuar. Mi total apoyo y respaldo a @DulceSauri y @rubenmoreiravdz, como mexicano, como priísta y como presidente del @PRI_Nacional”.

Entonces, ¿la sobrina de Salinas de Gortari, Claudia Ruiz Massieu, y el beltronista Añorve, son incongruentes respecto a las necesidades de México y por tanto no tienen el apoyo de su dirigente formal, Alejandro Moreno, llamado Alito? A fin de cuentas, el PRI terminó apoyando a Morena en la Cámara de Diputados para permitir el sesionar legislativo que aprobó que el gobierno obradorista pueda comprar medicinas a organismos intergubernamentales, sin licitación pública, entre otros temas.

Y, en tanto una senadora panista se lanzó ayer de manera individual a ocupar el asiento de la presidenta de la mesa directiva del Senado, para impedir la sesión, a modo de protesta que ni siquiera recibió solidaridad de sus compañeros de partido, ¡hasta mañana!

Twitter: @julioastillero

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