Opinión
Ver día anteriorMartes 21 de julio de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Alegaciones desesperadas
L

os intelectuales aliados del poder del pasado reciente dan lástima. Los firmantes de la alegación neoliberal Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia se sienten y están rechazados social y políticamente. Les resulta intolerable. Fueron enriquecidos por el poder, pero el frenazo aplicado por la 4T los dejó groguis. De pronto pasaron a un amargo estado de desolación, criatura de ellos mismos porque, en efecto, sólo se trata de la mezcla de agrios estados de ánimo de los vencidos. Hay que oírlos: algunos muestran síntomas de colapso depresivo, otros viven un estado de cólera de fiera herida, sin faltar los resoplidos: es el caso de Héctor Aguilar Camín (HAC) llamando López al Presidente, convocando a quitarle a Morena la mayoría en la Cámara de Diputados y pidiendo a otros ganarle a AMLO la revocación del mandato; según su deseo, AMLO perderá el ejercicio de revocación por pendejo y petulante: así dijo HAC en conferencia conspirativa. Estados de ánimo tan descarrilados están impedidos de pensar sin partir de un mínimo principio de realidad. Y su oficio era pensar…

Lo común es que los vencidos procesen su duelo hasta el fondo y, con un mínimo de humildad, empiecen por reconocer la derrota. No hay otra forma de superarla. Pero, ¿humildad?, por supuesto que no, los egos excesivos son soberbios por principio y nadie va a hablarles de bajarle a los orgullos alzados.Se piensan dueños de la verdad: todo lo que ocurre hoy es una alteración indecible de la realidad de la nación, que debe ser corregida ya.

Véase la alegación referida publicada por Reforma. Dicen: El triunfo del Presidente fue inequívoco, y hasta parecen demócratas. Y entonces ¿cuál es el problema? Que admiten la victoria de AMLO, pero no admiten que su programa venció: operan una escisión insana de la realidad. Ese programa ganó y está en proceso de ser instalado en el quehacer público: les resulta insufrible; es, escriben, una supuesta cuarta transformación. AMLO, se quejan, toma decisiones unipersonales; extrañísimo, porque la presidencia es un cargo unipersonal, no una autoridad colegiada; y polariza a la sociedad en bandos artificiales; extrañísimo en una sociedad severamente polarizada en sectores y clases sociales nada artificiales, sino contundemente reales, con unas élites de las que ellos habían formado parte relevante, todo lo cual configuró una de las sociedades más gravemente desiguales del planeta.

El punto es que la sociedad mexicana real, hondamente dividida y desigual, les importa un pepino. Les disgustan las divisiones políticas surgidas por necesidad con AMLO, y piden consensos democráticos. Como el Pacto por México, un bloque de élites para el saqueo frenético de los bienes públicos. Revise usted la alegación de marras. No contiene ni medio miligramo de idea referido a lo más importante y definitivo: la vida efectiva de los seres humanos que pueblan la República. Hacen a un lado a la sociedad real y restringen su visión a los mecanismos políticos puestos en marcha por la 4T, que les aportan sólo suplicio.

Así cometen su despropósito, separando la sociedad en retazos, señalando como inaceptables los trozos causantes de su disgusto. Creen que continúan siendo el pensamiento dominante (por ahora tundido) y que son un hato de hombres y mujeres cuyas ideas volverán a capturar el imaginario social; lo tienen por seguro.

Además de proponer grillarse a la Suprema Corte para que falle contra las iniciativas de reforma constitucional del Presidente (todas inconstitucionales, dice HAC), es preciso, implora la alegación, organizar una amplia alianza ciudadana que junto con los partidos de oposición, construya un bloque [que] restablezca el verdadero rostro de la pluralidad ciudadana. Ese es el objetivo anhelado: restablecer o restaurar esa pluralidad del rostro verdadero constituida por el PRI y el PAN, y el PRD haciendo la seguidilla; esos partidos del pasado putrefacto deben volver, arrancando el poder a Morena y al Presidente (es necesario que esta alianza obtenga la mayoría).

Los convocantes tuvieron a su disposición los espacios de comunicación más influyentes: televisoras, radiodifusoras, prensa y publicaciones periódicas. Fue una élite con alta visibilidad y mucha docilidad, especialmente frente al jefe del Ejecutivo federal. Durante el expolio desenfrenado de Peña Nieto recibieron recursos sin cuento como retribución a las misiones cumplidas. Fueron servidores útiles a un establishment corrompido hasta los huesos.

Para estos señores los partidos del saqueo valen más que buscar eliminar ese flagelo, usado por el PRIAN como modo de gestionar el gobierno. El retorno triunfal del desastre neoliberal es su añoranza. Favorecer a 70 por ciento de la población marginada, buscar que todas las empresas paguen impuestos conforme a ley, rescatar para el Estado espacios ocupados por el crimen organizado, separar el poder económico del poder político; nada de eso tiene un lugar en su cabeza.