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Despertar en la IV República

Urge una verdadera oposición

A

nuestro sistema democrático le falta un elemento, una verdadera oposición: una coalición o un partido no sólo capaz de criticar al gobierno, sino dotado de un programa alternativo de políticas públicas.

Una oposición fuerte es característica de todos los sistemas democráticos. En nuestro país es urgente porque el gobierno y el partido en el poder necesitan no sólo de la crítica, sino de una opción que amenace con sustituirlos en 2024.

Los actuales partidos de oposición forman poderosas minorías en ambas cámaras. Además el PRI tiene 12 gobernadores y el PAN nueve, así como tres y siete mayorías en congresos locales, respectivamente. Por lo tanto, técnicamente la oposición es fuerte y podría conquistar el poder si ofrece una alternativa a la población. En 2021 podría ganar la Cámara de Diputados y hacer perder el control del Congreso al partido dominante. Una ventaja inédita es que el gobierno actual se ha comprometido a respetar la voluntad popular en los próximos comicios y que las autoridades electorales han madurado al punto de que tuvimos elecciones limpias y justas en 2018 y 2019.

La oposición también tiene sus debilidades: según las encuestas, los partidos políticos, incluido Morena, han perdido apoyo popular. Las próximas elecciones serán las más complejas y aquí la oposición podría tener oportunidad, pero sus críticas a veces calumniosas y/o catastrofistas se refieren sólo a los aspectos políticos, a pesar de que ellos saben cómo las libertades públicas se han respetado como nunca antes. Todas estas críticas, válidas y bienvenidas, carecen de un programa coherente y alternativo de política social y económica. La oposición no ha podido hasta ahora ofrecer una solución distinta a los graves problemas sociales y económicos, particularmente a la desigualdad.

Un buen ejemplo es el manifiesto reciente de un grupo de intelectuales al que hay que agradecer el estar bien escrito y ser breve. Además de la crítica a la supuesta tendencia autoritaria del Presidente, no ofrecen ninguna otra solución, máxime que algunos de los más destacados suscriptores apoyaron a regímenes muy conservadores que arruinaron al país. Firma también Gabriel Zaid, quizá el mayor pensador y el más honrado crítico de México, quien es probablemente leído por el Presidente de la República.