Opinión
Ver día anteriorJueves 9 de julio de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

AMLO: guantes de seda // Trump: piropo tras piropo

Foto
▲ Selfi de Patricia Armendáriz Guerra (Financiera Sustentable) con Ricardo Salinas Pliego (Grupo Salinas) y Carlos Bremer Gutiérrez (Grupo Financiero Value), durante la gira por Estados Unidos en que acompañan al presidente Andrés Manuel López Obrador.Foto de la cuenta de Twiter de la empresaria
E

l diálogo y el respeto nunca ha sido el fuerte del gobierno estadunidense (sea republicano o demócrata, que para el caso es lo mismo) y en su ADN la buena voluntad carece de registro. Por el contrario, imposición, golpeteo y agandalle son sellos de la casa, y la historia ofrece múltiples ejemplos de cómo se las gasta (invasiones, agresiones, amenazas, bloqueos, robos, racismo y un rosario de etcéteras).

A México le tocó la desgracia de colindar con el imperio del norte (aunque cierto es que la larguísima mano gringa llega hasta el más recóndito rincón del planeta), de tal suerte que a lo largo de su historia nuestro país ha tenido que sortear todo tipo de agresiones estadunidenses, no siempre con los mejores resultados ni con los mejores gobernantes.

Ahora toca al presidente López Obrador –un gran conocedor de la historia mexicana y de la complicadísima relación bilateral con Estados Unidos– lidiar con el vecino del norte, por lo que ha manejado con pinzas y guantes de seda el viaje a Washington y su encuentro con el salvaje de la Casa Blanca.

Ayer, a la hora de los discursos, el mandatario mexicano aseguró que México y Estados Unidos “han optado por marchar juntos hacia el porvenir, privilegiar el entendimiento, afianzar lo que une y resolver las diferencias mediante el diálogo y el respeto mutuo; usted –dijo a Trump– no ha pretendido tratarnos como colonia. Por el contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente y nunca ha pretendido imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía” ( La Jornada).

López Obrador subrayó que decidió viajar a la capital estadunidense, porque es muy importante la puesta en marcha del tratado comercial entre México, Canadá y Estados Unidos, pero también para agradecer al pueblo estadunidense, a su gobierno y a Donald Trump por ser cada vez más respetuoso con nuestros paisanos mexicanos; nos ha tratado como lo que somos: un país y un pueblo digno, libre, democrático y soberano. Pero lo que más aprecio es que usted (el salvaje de la Casa Blanca) nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía. En vez de la doctrina Monroe, ha seguido en nuestro caso el sabio consejo del ilustre y prudente George Washington, quien advertía que las naciones no deben aprovecharse del infortunio otros pueblos.

El mandatario mexicano subrayó que “algunos pensaban que nuestras diferencias ideológicas habrían de llevarnos de manera inevitable al enfrentamiento. Afortunadamente ese mal augurio no se cumplió y considero que hacia el futuro no habrá motivo ni necesidad de romper nuestras relaciones políticas y de nuestros gobiernos… Fallaron los pronósticos: somos amigos y lo seguiremos siendo”.

En respuesta, Trump (tal vez producto de su oportunismo o, simplemente, de su condición bipolar) soltó un discurso acaramelado, en el que se expresó de maravilla de los mexicanos, de su gobierno, de mi buen amigo el presidente López Obrador (que obtuvo una apabullante victoria), de los inmigrantes y de todo lo que tuviera aroma de buena vecindad, una perorata llena de azúcar, pero más falsa que un billete de 3 pesos.

Si bien el resultado tangible del encuentro bilateral y su kermés de intercambio de piropos se verá más adelante, en los hechos, y siempre con la esperanza de que Donald Trump no logre la relección, de entrada, el presidente López Obrador se anota un triunfo político que tira al bote de basura las versiones de los agoreros del fracaso.

Las rebanadas del pastel

Parece que fue inmediato el primer fruto del encuentro bilateral: ayer, la Fiscalía General de la República anunció que César Duarte, ex gobernador de Chihuahua e integrante del nuevo PRI, fue detenido en Miami, Florida, con fines de extradición. Se trata del mismo personaje que no sólo asaltó al erario estatal (entre otras gracias se le acusa de robar mil 200 millones de pesos, amén de que en su contra existen 10 causas penales con órdenes de captura), sino que fue protegido, a capa y espada, por Enrique Peña Nieto y su pandilla. Y ya regresa Lozoya.