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Obligatoriedad de beneficios sociales y contrato formal a trabajadoras del hogar: experto

Helmut Schwarzer desarticula el argumento de que la afiliación al IMSS tendría efectos adversos al salario de estos empleados

 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de julio de 2020, p. 14

Caminar la hoja de ruta para hacer obligatoria la inscripción de los trabajadores domésticos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el depósito del Convenio 189 ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) representan pasos enormes de México, donde la discriminación hacia estos empleados se da por razones culturales que vienen de antaño. Es además un esfuerzo por superar las barreras por la estratificación social y resultado de la batalla de muchos años de ese gremio.

Helmut Schwarzer, director interino de la oficina de la OIT para México y Cuba, analiza, en entrevista con La Jornada, la trascendencia de dar protección social obligatoria a 2.3 millones de trabajadores del hogar, 94.8 por ciento de los cuales son mujeres y representan 4 por ciento de la población económicamente activa (PEA).

Especialista en temas de protección social y desarrollo económico, desmonta el argumento de que la afiliación al IMSS tendría efectos adversos en el monto salarial de estos trabajadores:

La Encuesta Nacional de Ingresos y Gasto de los Hogares dice que 50.1 por ciento de los empleadores pertenece al 10 por ciento más rico de México. Entonces, no me parece que sea imposible que ellos puedan pagar contribuciones al IMSS a nombre de su personal doméstico.

Y si a ellos se suman los dos deciles siguientes de ingreso, resulta que el 30 por ciento de quienes más ganan tienen contratado a 81 por ciento de los trabajadores del hogar, por lo que no es imposible imaginar que este grupo pueda contribuir sin afectar el salario, puntualiza.

El pasado día 3, México depositó ante la OIT el Convenio relativo a garantías para empleados domésticos aprobado por el Senado en diciembre del año pasado, y dentro de 12 meses éste pasará a tener la misma fuerza en la legislación mexicana.

Además, esa acción va en consonancia con las reformas recientes a la Ley Federal del Trabajo (LFT) y con un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en el mismo sentido.

Desde abril de 2019 opera un programa piloto de afiliación al IMSS que sustituyó al voluntario y no obligatorio existente y desde entonces se ha multiplicado por siete (hasta llegar a 21 mil) el número de inscripciones. Para continuar el proceso, en octubre próximo el instituto debe proponer al Congreso una legislación permanente y éste tendrá un semestre para dictaminar las normas definitivas y obligatorias.

Para Schwarzer, los cambios hasta hoy incorporados representan avances muy importantes porque entre otras medidas, considera que no puede el trabajador doméstico ser el responsable de su afiliación, sino quien lo contrata y prevé además la posibilidad de, si es el caso, compartir el monto de la cuota patronal al IMSS entre los varios empleadores de aquel.

El experto laboral plantea asimismo, medidas de fomento a la cultura de la obligatoriedad para otorgar beneficios sociales y suscribir un contrato formal con estos trabajadores.

Pero además, apunta, también deben crearse mecanismos de monitoreo e inspección para verificar que esa afiliación se cumpla. Y lo deben hacer tanto el IMSS como la Secretaría del Trabajo pues al realizarse dentro de un domicilio –y por tanto ser de acceso protegido– deben encontrarse mecanismos indirectos, pero sin duda es una labor necesaria.

Y concluye: al tratarse de un seguro contributivo, en la afiliación al IMSS la cuota incluye tanto al empleador como al trabajador, si bien para estos últimos son muy pequeñas y pienso que incluso ausentes y sólo aumentan en la medida que crezca el salario.