Política
Ver día anteriorDomingo 5 de julio de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Pandemia
Ven el lado positivo del aislamiento y salir a la calle les causa aversión
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de julio de 2020, p. 5

Si fuera por Paulina Sánchez, la cuarentena podría extenderse hasta el infinito. Y aunque extraña algunas cosas y lugares de la vida normal que tenía hace más de tres meses, estar en su casa le produce una sensación de seguridad que ya no quiere dejar, menos aun cuando afuera hay un mundo que ella percibe cada vez más incierto y peligroso.

Es complicado cada vez que tengo que salir a la calle. Me genera molestia, enojo y frustración, y me pasa que ya quiero volver a mi casa, porque no me siento segura. Empiezas a ver cómo es casi una lucha por tu seguridad, porque en la mayoría de la gente notas una actitud de inconsciencia y tú tienes que cuidarte de que el otro guarde distancia o de que no traen tapabocas, cuenta la profesora universitaria.

Por esa y otras razones, el día en que las autoridades digan que ya es seguro salir, ella de todas formas no piensa hacerlo. Extraño mucho ir a la Cineteca, pero honestamente no voy a ir aunque nos digan que ya se puede, porque todavía no sabes qué tan contenida está la situación. A mí me generaría estrés y miedo, porque después de todo este tiempo de cuidarme, no quiero ir a meterme a un cine donde probablemente te contagies.

En una situación similar está Mauricio Amado, sicólogo de profesión, quien desde el inicio de la cuarentena comenzó a verle el lado positivo al encierro. Le tomé el gusto y ahora busco a propósito estar en mi casa. No he sentido desesperación de salir y no extraño la calle. Sólo me pegó que mis hijos no pudieran empezar las actividades de natación y de ballet que estaban a punto de iniciar.

Al pasar más tiempo confinado, dice, “te das cuenta de que el aislamiento te cuida de muchas cosas y que ‘el exterior’, como dice mi hija Freya, sí es amenazante”.

Temor real o infundado

De la misma forma que Paulina y Mauricio, muchas otras personas comienzan a desarrollar angustia, desagrado o aversión ante todo lo que significa salir de casa, en un fenómeno que se basa en el temor real y fundado de contagiarse, pero que en algunos casos podría devenir en una sensación de paranoia que dificultaría más de la cuenta el regreso a la normalidad, de acuerdo con especialistas.

Jorge Álvarez Martínez, jefe del Programa de Prevención de Crisis de la Facultad de Sicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, señala que para describir este escenario, ha comenzado a utilizarse recientemente el término de síndrome de la cabaña, pero sin que se hayan verificado las categorías necesarias para ver si tiene una base científica real.

Al margen de la utilización correcta o incorrecta de ese concepto, advirtió que en algunos casos sí hay gente que ha tomado medidas extremas y empieza a tener un delirio de persecución funcional, generado no sólo por el peligro realmente existente del coronavirus, sino también por la enorme cantidad de información verdadera y falsa que hay sobre el tema y la propensión personal de ciertos individuos a no tener contacto con los demás.

Si alguien comienza a desarrollar una aversión excesiva al mundo exterior, afirma el académico, lo ideal es comenzar a romperla de a poquito, por aproximaciones sucesivas. La gente tendrá que aprender nuevas formas de comunicación, socialización, erotismo y manifestaciones de afecto. Todo esto se va a transformar y todavía no se ha dicho la última palabra.