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Pandemia
Si un médico dice que no le afectan las muertes, miente o no ha estado ahí

El estrés postraumático nos va a perjudicar a muchos; vamos a necesitar que alguien nos escuche

 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de julio de 2020, p. 5

Han sido cuatro meses de laborar en hospitales de guerra, y el médico que diga que no le afectó la forma en cómo, al principio, morían los pacientes, miente o no ha estado ahí, señalaron internistas e intensivistas. Estamos en guerra contra esta enfermedad y ha sido difícil, porque es un enemigo no sólo invisible, (sino) también desconocido. Lo hemos ido entendiendo poco a poco. Al principio nos iba venciendo, nos iba rebasando, pero ahora, con lo aprendido, podemos decir que le vamos ganando, aseguran.

Fernando Arrazola, médico intensivista en el Hospital General de Zona (HGZ) Carlos Mac Gregor del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), afirma que el Covid-19 es una enfermedad cruel: Lo es con los pacientes, con los médicos y enfermeras, con todo el personal de salud, pero también con nuestras familias, porque el aislamiento no sólo es para quienes enferman: muchos nos hemos aislado de nuestros seres queridos por temor a contagiarlos. Es un padecimiento que nos ha cambiado a todos.

Karla Ávila Lizárraga y José Jiménez Hernández, médicos internistas del IMSS, reconocen que el Covid-19 fue un gran cambio; fue adaptarse a una nueva forma de trabajo, pero también ha sido un desafío ante el temor constante al contagio y la incertidumbre de combatir una enfermedad emergente para la cual aún no existe vacuna ni tratamiento.

Ávila Lizárraga, adscrita al HGZ número 8 San Ángel del IMSS, destaca que con sus pacientes ha vivido historias de milagro, casos poco comunes y de amor pese al Covid-19. Recuerda al nonagenario Graciano, que no sólo sobrevivió al nuevo coronavirus, sino también a varias complicaciones, entre ellas un sangrado digestivo y neumonía hospitalaria, pero con sus 92 años se fue muy contento a casa.

Entre los casos poco comunes, afirma, está Claudia, de 70 años, quien fue hospitalizada con neumotórax de pulmón izquierdo, complicación poco común, y con afectación de moderada a severa en el pulmón derecho por Covid-19.

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▲ En el restaurante El Rey del Pavo, en el Centro Histórico, con mamparas para separar a los comensales.Foto Luis Castillo

Un día después de su internación, señala, colapsó su pulmón derecho, por lo que presentó neumotórax bilateral. El tratamiento fue colocarle tubos entre las costillas a fin de ayudar a recuperar sus pulmones. Y pese a presentar una de las formas más graves de la enfermedad, logró salir adelante. Es una de las pacientes más valientes que he conocido.

Juan Gabriel, narra, llegó en estado de gravedad. Tenía una de las frecuencias respiratorias más altas que he visto, prácticamente la de un nonato. Se encontraba muy angustiado por no saber de su familia, y el personal de enfermería propuso hacer una videollamada. Fue algo mágico; mejoró de forma increíble. Ahora está en su casa. Se trata de pacientes maravillosos y valientes.

Pero la historia que más lecciones le dejó, destaca, fue la de una pareja que se internó por las complicaciones de la enfermedad. El paciente logró evolucionar bien, pero su esposa no, porque tenía varias comorbilidades. Cuando vimos la gravedad, decidimos ponerlos juntos. Y durante tres días el esposo nunca soltó la mano de su compañera. Ella no murió sola, sin un ser querido, como lamentablemente ha ocurrido en muchos casos. Fue una historia de amor, pese al Covid-19.

En el HGZ número 76 del IMSS, en Xalostoc, estado de México, donde labora el internista José Jiménez, también han enfrentado momentos difíciles. Lo más parecido a esto que he vivido fue la epidemia de influenza de 2009, pero nada comparado con la de ahora.

Ante el elevado número de muertes, las extensas jornadas laborales y la cantidad de pacientes atendidos, después de esto, sin duda vamos a necesitar apoyo. El estrés postraumático nos va a afectar a muchos, y aunque hemos tenido orientaciones de salud mental, vamos a necesitar que alguien nos escuche.