La Jornada del campo
20 de junio de 2020 Número 153 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
LO DEL AGUA, AL AGUA
Beneficiarios del agua del manantial “Los Borbollones” observando y participando en el ritual de ir a echar el agua para pedir un buen temporal.

Curungueo: los rituales y la gobernanza del agua de un pueblo originario

Olivia Vázquez Espinosa, María Hernández Galindo, Antonio Gutiérrez Núñez, Adriana C. Flores Díaz y Eligio García Serrano

México cuenta con uno de los tesoros más preciados del mundo y como es un tesoro tan grande, cuenta con increíbles guardianes que han dado hasta su vida por defenderlo: el agua. Los guardianes del agua que por décadas han cuidado este líquido son los pueblos indígenas que de diferentes maneras se han organizado, ya sea por tribus, clanes, consejo de ancianos, comités, mayordomos, enmiendas o comisiones para salvaguardar los manantiales que hay en los territorios indígenas.

Un ejemplo histórico de gestión del agua es el pueblo otomí ubicado en la región oriente del estado de Michoacán en los municipios de Zitácuaro, Ocampo, e Hidalgo. Estas comunidades cuentan con sistemas de manejo del agua derivados de la necesidad de mantener sus recursos hídricos, tanto para evitar los efectos dañinos de las actividades humanas, como para su aprovechamiento, concibiendo el agua como recurso común.

Ante la disminución de la calidad y cantidad de agua en los manantiales, se ha hecho importante visibilizar y recuperar los valores asociados al agua y los rituales que le dan sentido a la organización comunitaria para su manejo. Los rituales del agua son la base principal para los cultivos de la comunidad y están asociados a las fiestas religiosas y al trabajo de limpia de canales de riego. Las personas que mantienen estas tradiciones son mujeres adultas en las que todavía existe ese sentimiento de pertenencia y respeto por el agua.

Ubicación de la comunidad indígena de Curungueo. El polígono naranja indica la zona núcleo y el verde limón es el área de amortiguamiento, ambos forman parte de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca. El área en color morado es el territorio de diversas comunidades indígenas vecinas de Curungueo, cuyo territorio está representado en el polígono amarillo. Al sur se indica la ubicación de la ciudad de Zitácuaro.

Uno de estos manantiales de Curungueo es “Los Borbollones”, en el que se reúnen los comuneros para hacer los planes de la limpia del manantial y de canales que suministran el agua a los hogares, huertas, y sembradíos. Se cuenta con un comisionado del agua, cuyo trabajo es evaluado por los usuarios y puede ser removido de su cargo si no lo ha realizado de forma adecuada. Después de la limpia del manantial, se realiza un ritual que comienza con las actividades de los hombres (acarrear costales de tierra, abrir zanjas, cortar las hierbas, etc.), mientras se lanzan cohetes desde las 7 de la mañana. Se cierran las compuertas del manantial para permitir que se llene, mientras se reza un rosario para agradecer por el agua, y para pedir a Dios buenos temporales. La madrina, una mujer de edad mayor, se encarga del rezo y de adornar la cruz, y de guiar la procesión desde el manantial hasta la “Capillita”. Ella carga la cruz y un sahumerio con copal para “purificar el camino por donde pasará el agua”. Ya que se abren las compuertas del manantial, el agua y la madrina llegan a la “Capillita” donde son recibidos por toda la comunidad, que espera con ansias y alegría a los encargados del ritual, ya que fueron a “traer el agua”, comenzando así un festín donde conviven mujeres, niños y hombres. Estos rituales, las reuniones de preparación, limpia y decisiones sobre el acceso y uso del agua para los hogares, siembras, para los animales, etc., son parte de las prácticas de cohesión en la comunidad indígena de Curungueo, y se han visto amenazadas por las necesidades de agua de los nuevos cultivos como el aguacate y las berries, y por la reducción de la participación de los jóvenes de la comunidad. Si se terminan el agua o los rituales, se termina ese círculo de “reciprocidad” entre seres humanos y la naturaleza.

La Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca

A escala regional estos manantiales nacen y fluyen en el territorio de la RBMM, y son parte del Sistema Cutzamala, que contribuye con el 30% del agua que abastece a la Ciudad de México. Por tanto, tambien representan una región prioritaria para la provisión de servicios ambientales hidrológicos. La organización comunitaria es de suma importancia para que exista un equilibrio entre la naturaleza y el hombre, es importante que estos rituales no se pierdan, y que entre más gente joven participe los lazos de seguridad en la toma de decisiones serán más fuertes, y aprenderán el manejo del agua, de un modo significativo para sus poseedores.

Para atender la problemática del agua de forma integral y más allá de lo inmediato, en el año 2011 se conformó la Red de Monitoreo Comunitario del Agua (RMCA) https://redmonarca.org/red-de-monitoreo-comunitario-del-agua/ un modelo práctico hacia la gestión integrada de cuencas y acuíferos en la RBMM. Esta iniciativa busca que las comunidades organizadas y otros actores de la RBMM, tomen decisiones con base en información generada de manera local y colectiva. Este enfoque requiere partir de los significados y prácticas, como los rituales mencionados, de modo que sea posible favorecer los arreglos locales para la gobernanza del agua. •