Opinión
Ver día anteriorSábado 30 de mayo de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

SAT: rescatar para el Estado// Ancira ya tiene suite de lujo

C

on Raquel Buenrostro al frente del Servicio de Administración Tributaria (SAT), la caja registradora del gobierno federal no deja de tintinar. En apenas unos días la matemática, egresada de la UNAM, ha fortalecido el erario con una muy buena cantidad de millones, y contando, provenientes de los olvidos, diferencias de interpretación y otros pretextos banales de los grandes corporativos privados, a los que los gobiernos neoliberales acostumbraron a no tratar con esa entidad federal, salvo para exigirle voluminosas condonaciones y devoluciones de impuestos.

Días atrás se conoció que Walmart, la mayor cadena de autoservicio que opera en el país y con ingresos superlativos, pagó más de 8 mil millones de pesos por impuestos atrasados, producto de los olvidos fiscales del corporativo. Desde febrero pasado el SAT le exigió cubrir tal adeudo, pero, envalentonada, la cadena comercial lo mandó a paseo.

De hecho, el presidente López Obrador –sin dar nombres, pero con la obviedad del caso– narró la siguiente anécdota (se respeta sintaxis): “Hace dos días se atrevió un abogado de una de las grandes empresas, imagínense, de las más grandes, y les dijo a los funcionarios del SAT, debían o deben no sé cuánto, creo que 8 o 10 mil millones. Estaban queriendo dar 500 millones. Digo: no, si son 10 mil. (Y respondieron) ‘O agarras esto o vamos a litigar hasta el año 3000’, porque se conocían todas o conocen todas las triquiñuelas, las tácticas dilatorias”.

Pues bien, ¡milagro! El año 3000 llegó en mayo de 2020 (tres meses después de que el SAT exigiera el pago) y los 500 millones que los chantajistas abogánsters ofrecían (se quedaron con las ganas de cobrar más por sus servicios), mágicamente se convirtieron en 8 mil 79 millones de pesos (el monto originalmente exigido ascendía a 10 mil 559 millones), con la finalidad –dijo Walmart– de concluir asuntos fiscales sustanciales.

El caso más reciente es el de Fomento Económico Mexicano (Femsa), uno de los consorcios más grandes y financieramente más sólido del país, quien acordó con el SAT finalizar diferencias de interpretación que existían sobre impuestos pagados en el extranjero sin recurrir a instancias judiciales, es decir, una diferencia de interpretación que permitió al corporativo no cubrir sus obligaciones fiscales, cercanas a 9 mil millones de pesos.

Ocho mil millones adicionales (por pago de impuestos) fueron adelantados por empresas del magnate marca Forbes Carlos Slim, y otros consorcios con adeudos fiscales se están poniendo al corriente, explicó López Obrador.

La caja registradora seguirá repicando, pero hay sonadísimos casos de evasión fiscal –con la venia gubernamental– que el SAT podría intentar resolver. Es cuestión de revisar qué tanto se puede hacer, porque se trata de asuntos relativamente remotos.

Por ejemplo, la compraventa de Banamex y Bancomer –por citar sólo a ese par–, cuyos accionistas autóctonos descaradamente evadieron al fisco. En 2001 Vicente Fox no sólo permitió y aplaudió la venta de Banamex a Citibank, sino la calificó de negocio del siglo: 12 mil 500 millones de dólares, de los que el SAT no vio un solo dólar. Lo mismo con la venta de Bancomer a la trasnacional española BBVA: 4 mil 100 millones de dólares y el fisco se quedó con las ganas.

Hay más historias bancarias de esta naturaleza, pero con ese par podría el SAT comenzar a ver la posibilidad de recuperar lo que al SAT correspondía (alrededor de 5 mil millones de dólares).

Y ahora que Femsa aduce diferencias de interpretación para no pagar impuestos, hay que recordar que en 2010, con el comandante Borolas en Los Pinos, vendió su ramo cervecero a la trasnacional Heineken por 7 mil 347 millones de dólares, de los que el SAT no vio ni un billete verde.

Las rebanadas del pastel

En alguno de los establecimientos de la prestigiosa cadena hotelera Reclusorios de México ya tienen preparada una cómoda suite para el gánster Alonso Ancira, presidente de Altos Hornos de México, a quien la justicia española ya le dijo: vas de regreso.