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Los de abajo

La búsqueda de un hijo no sabe de pandemias

P

orque la memoria no está confinada y la búsqueda de un hijo no conoce pandemias, por 68 meses consecutivos padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa y grupos de activistas volvieron a visibilizar la exigencia de verdad y justicia para los estudiantes víctimas de desaparición forzada. Porque no se nos han olvidado y nunca se nos van a olvidar, dijeron sus compañeros en la Normal Rural Raúl Isidro Burgos.

Para los padres y madres es actividad esencial continuar la búsqueda de quienes fueron levantados por la policía de Iguala el 26 de septiembre de 2014, como lo es también para los familiares de desaparecidos y desaparecidas de Jalisco, Guanajuato, Nuevo León, Tamaulipas o Chihuahua. Nos faltan en casa, es el lema de la campaña Hasta Encontrarlos.

Tener un hijo desaparecido es vivir en constante incertidumbre, es una agonía, sobre todo ahora que estamos encerrados por el coronavirus y no podemos salir a gritar a la calle a exigirle al gobierno el paradero de nuestros hijos... Estamos como empezamos, imaginando qué pasó y con más preguntas. Siento que la verdad se prolonga como el silencio en un desierto. Lloro en mis pensamientos. Quiero huir, pero no puedo porque lo espero, porque aquí están sus recuerdos y siento, quizá sea una corazonada, que va a llegar, dice Hila Legideño, madre de Jorge Antonio Tizapa, al periodista Isael Rosales.

Ni toda distancia es ausencia ni todo silencio es olvido, escribe el Colectivo Híjar, al tiempo que difunde la acción en que una veintena de activistas pintaron cientos de pisadas en avenida Reforma, en el centro de la Ciudad de México, representando la marcha mensual que se realiza por estas calles desde hace cinco años y ocho meses.

Con medidas sanitarias, guardando distancia, pero no silencio, los activistas se reunieron de madrugada en cuatro puntos de la emblemática avenida para pintar los pasos, y después, frente a la glorieta de El Caballito, dejar plasmada con letras gigantes la consigna que explica la falta de verdad y justicia: Ayotzinapa fue el Estado. Porque hoy, como dice doña Hilda, más allá de las promesas, estamos como al principio.

desinformemonos.org