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México SA

IVA a plataformas digitales // Lucro privado y merma fiscal

A

partir del primer día de junio las plataformas digitales que ofrecen productos y servicios y sus usuarios pagarán 16 por ciento adicional, porque para ellos, en esa fecha, entrará en vigor el cobro del impuesto al valor agregado (IVA), aprobado el año pasado por el Congreso, y entre las firmas que deberán rendir cuentas aparecen Netflix, Amazon Prime, Airbnb, Spotify, Uber, Cabify y otras que proporcionan ese tipo de transporte ( La Jornada, Julio Gutiérrez).

Rápida fue la reacción negativa de muchos consumidores y usuarios de ese tipo de productos y servicios, de tal suerte que el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, ayer utilizó las redes sociales para detallar que las medidas tributarias para la economía digital, que entran en vigor el primero de junio, no representan impuestos nuevos o aumento en tasas. Estas medidas tienen como objetivo hacer operativamente más fácil el cumplimiento en el pago de impuestos existentes, como el IVA.

No gustó, pero el IVA en los productos y servicios estaba cantado desde el 5 de septiembre de 2019, cuando el Congreso aprobó la iniciativa que en tal sentido presentó la bancada morenista en San Lázaro. No se trata de un nuevo gravamen, sino de la adecuación a los tiempos modernos, porque la Ley del Impuesto al Valor Agregado está vigente desde 1980 (cuando no existía esa tecnología), en el sexenio de José López Portillo, quien sustituyó el impuesto sobre ingresos mercantiles por el citado gravamen.

Como bien detalla la información de La Jornada, la facultad para que la Secretaría de Hacienda cobre el IVA a las plataformas digitales prevé que el gobierno pueda recaudar poco más de 4 mil 300 millones de pesos. En un principio se buscaba que las empresas tecnológicas comenzarían a hacer los cargos desde febrero pasado, pero se aplazó hasta el sexto mes del año a petición de las firmas digitales.

Algunos de los que hoy se quejan por la citada disposición fiscal son los mismos que a lo largo de los gobiernos neoliberales insistieron –fallidamente– en aplicar el IVA a medicinas y alimentos (es decir, gravar enfermedad y hambre), pero ahora ponen el grito en el cielo porque la Secretaría de Hacienda incrementará su recaudación por medio de las plataformas digitales.

De hecho, la exposición de motivos de la citada iniciativa morenista detalla que “en México el comercio electrónico ha crecido más de 400 por ciento en los últimos seis años, cifra que resulta atractiva para inversionistas a escala mundial. Este aumento ha posicionado al país como uno de los principales mercados de este tipo en Latinoamérica, al pasar del lugar 35 al 19 en el ranking mundial.

“La Asociación Mexicana de Ventas Online estima que en 2016 el valor del mercado del comercio electrónico en México fue de 329 mil millones de pesos y que seis de cada 10 compradores realiza compras a sitios de Internet o aplicaciones extranjeras. Asimismo, el Estudio sobre el comercio electrónico en México 2018, realizado por la Asociación de Internet de México, indica que a junio de 2018 este tipo de negocios tenían un valor de 467 mil millones.”

Además, con el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, los modelos de negocio han cambiado, lo que ha permitido que las empresas puedan enajenar sus productos y prestar sus servicios en cualquier parte del mundo a través de un sitio en Internet o de una plataforma digital, incluso sin contar con activos, personal, infraestructura o capacidad material instalada en el país donde se lleva a cabo la actividad económica, logrando con ello potencializar sus ingresos, reducir sus costos e implementar estrategias de planificación fiscal agresiva que permiten a las empresas multinacionales la erosión de la base gravable a través de la reubicación de sus utilidades.

Se trataba del viejo truco de ganancias privadas y pérdidas para el erario.

Las rebanadas del pastel

México entra a la fase de mayor contagio, de tal suerte que todos debemos aportar para evitar mayor daño. En la medida de lo posible, quédense en casa.