Entregar pizzas a domicilio, hacer rutinas en casa para conservar el abdomen de lavadero y estudiar en línea mantienen ocupada la mente del clavadista Jahir Ocampo para no tener pensamientos negativos tras frustrarse sus planes deportivos, cuando buscaba la plaza olímpica a Tokio, y económicos, con el cierre de un par de negocios, debido al coronavirus.

Hace más de un mes el panorama era alentador para Jahir: había ganado el selectivo y el boleto a la Copa del Mundo en la capital japonesa, clasificatoria a la cita olímpica, sin saber aún que los planes cambiarían por completo cuando se encontraba en su mejor nivel en el trampolín tres metros individual.

Tristeza y decepción

“Empezaron a darse las noticias que todo se posponía o cancelaba y sí me pegó, porque pasaba un buen momento y sabía que podíamos conseguir esa plaza justo en estos días en Tokio y todo se va a la basura.

Ahorita no tenemos ni la certeza si se harán los Juegos Olímpicos de 2021 porque no hay una vacuna y eso genera dudas, pero hay que tener buena actitud y seguir adelante con los planes, manifiesta el clavadista de 30 años, quien revela sentirse mejor después de pasar días con tristeza, llanto y decepción.

“Me liberé de esos pensamientos porque me afectó en lo deportivo y también en el negocio que hace dos meses abrí con mi hermano Yak. Tenemos una pizzería-café y un gimnasio de pesas en San Ángel que tuvimos que cerrar, pero hacemos pizzas caseras que son tipo waffles con base de proteínas y sin harina.

Nos trasladamos en coche y estamos viendo de qué otra forma hacerlo para no estar entrando y saliendo sin afectar a los demás. Preparamos los paquetes de 20 a 25 pedidos diarios, narra el medallista mundial y finalista olímpico, quien atiende los servicios en su cuenta de Instagram ochampionpowerfoods.

Mientras la actividad no se restablezca, el clavadista continuará en casa con programas de acondicionamiento físico y compartirá rutinas en su canal de Youtube, porque esto va para largo. Tiene aspiraciones en lo individual y la prueba de sincronizados tres metros con Rommel Pacheco.