La crisis provocada por la pandemia del Covid-19 amenaza con hundir a tal grado la economía de América Latina, que la región tiene ante sí el espectro de otra década perdida, advirtió Alejandro Werner, director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI). De acuerdo con las proyecciones del organismo, la región se contraerá 5.2 por ciento en 2020, como no se tiene registro en 70 años.

Esto implica que después de la crisis los países de la región seguirán creciendo, pero no habrá aumento en los ingresos de la población entre 2015 y 2025. El ingreso per cápita será plano a lo largo de todo ese decenio, dijo en conferencia de prensa. En perspectiva, la contracción de 1983 fue de 2.8 por ciento y la de 2009 de 2 por ciento. Este es el panorama que pinta el organismo para la región.

Werner recomendó a México que frente a una crisis tan profunda, y que se anticipa sea transitoria, el país tome sus ahorros y capacidad de endeudamiento para apuntalar programas de apoyo a empresas y familias mientras legisla para que, una vez que la economía se normalice, en 2021, inicios de 2022, estén las garantías para que dichos recursos tengan una fuente de pago.

Es ahora cuando el gobierno debe evitar que problemas de liquidez se vuelvan de solvencia, agregó. Claramente, en este momento se debe poner en marcha una política que solvente el gasto en salud, que apoye a las familias más afectadas por el desempleo a través de seguros; apoyos directos a empresas, postergar impuestos, garantías para apoyar la reestructuración y alargamiento de los plazos.

En la región, la mayoría de los países han aplicado algunas medidas para navegar la crisis. Sin embargo, la informalidad en la que se emplean cuatro de cada 10 trabajadores hace más complejo canalizar los apoyos a la población más vulnerable.

De entrada, se advierte que las necesidades para atender la crisis implicarán considerables aumentos del déficit público y la deuda. Entre las primeras evidencias de esto, de los 102 países que han solicitado financiamiento de emergencia del FMI, 16 son de América Latina y el Caribe.

Estas economías no sólo enfrentan el shock del coronavirus, sino uno acumulado de años atrás, por los que la región verá una recesión muy grave y los conflictos sociales no se descartan. En la historia del mundo estas grandes conmociones a veces generan movimientos sociales que dan cabida a transformaciones importantes y que generan una mayor demanda de las poblaciones hacia sus autoridades, consideró.

En estos momentos tanto las presiones en salud, como en bienestar económico tiene el potencial de generar alteraciones sociales en el futuro y hemos de ser muy cuidadosos al respecto. Matizó que si bien este riesgo no es privativo de América Latina, la región viene de episodios de intranquilidad al cierre de 2019, que podrían ampliarse más.

Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, recalcó que se trabaja en ampliar la capacidad de financiamiento para evitar el riesgo de insolvencias innecesarias. De las 102 solicitudes que ha recibido el organismo, 50 se solventarán este mes. En ese sentido, dijo que se busca dar certeza a los inversionistas, y con ello dar marcha atrás a los miles de millones de dólares que salen de los mercados emergentes.