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Con éxito en redes sociales, rusos residentes en su país y en el extranjero recrean obras clásicas en foto
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Lavandera, pintura de Jean-Baptiste Greuze, fue recreada por Natalya Altypina.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de abril de 2020, p. 5

Moscú. La cuarentena provocada por el coronavirus no permite a los rusos acudir a sus amados y renombrados museos. Para llenar ese vacío, recrean obras de arte en sus casas y las publican en las redes sociales. El grupo de Facebook donde lo hacen se ha convertido en un éxito monumental (https://www.facebook.com/groups/2536037569978845/). Hay recreaciones serias y reverentes, así como superficiales y disparatadas. Las elaboran rusos en el país y en el exterior.

El grupo, con 350 mil seguidores, ha publicado miles de fotos, cada una de las cuales muestra la obra original y la recreación hecha en casa. De acuerdo con las reglas, sólo se pueden usar los elementos que se tienen a mano y no pueden ser manipuladas digitalmente.

La colección contiene algunas sorpresas impresionantes. Por ejemplo, Vitaly Fonarev recreó cuidadosamente la ropa y la cofia de la Niña con un aro de perla, de Johannes Vermeer, y supo captar el famoso resplandor del maestro holandés. La obra es tan convincente que uno tarda varios segundos en advertir que la niña es un hombre con la barba bastante crecida.

Irina Kazatsker se dio cuenta de que sus habilidades se adecuaban perfectamente al proyecto.

La fotógrafa canadiense consiguió las luces y el trasfondo para una recreación reverente de La cena frugal, de Picasso... con el agregado picaresco de un rollo de papel higiénico sobre la mesa. Decidí agregar un detalle provocador que se corresponde con el espíritu de la época, explicó Kazatsker.

Mientras algunas recreaciones son resultado de horas de trabajo, otras parecen haber sido realizadas en cuestión de minutos, pero no son menos atractivas.

La redición de El grito de Edvard Munch por Natalia Rubina consistió en abrir un agujero en la reproducción a la altura de la cabeza del hombre angustiado y remplazarla por la foto de un perro, que parece desconcertado.

Katerina Brudnaya-Chelyadinova, cofundadora del proyecto, está encantada por la repercusión que ha tenido. Un chico en Italia escribió en inglés que nuestro grupo lo sacó del abismo de la tragedia que lo rodea. Yo no podía contener las lágrimas porque si esto puede hacer que alguien al otro lado del mundo se sienta feliz, entonces no es en vano, afirmó.