El boxeo es paciencia permanente. Juan Manuel Márquez, quien conquistó cuatro campeonatos mundiales en distintas divisiones, lo aprendió en más de dos décadas de carrera profesional. Tuvo que esperar para que llegara la oportunidad, el nocaut definitivo para ser reconocido al fin. Con esa mesura, el ex peleador ahora aguardará un año más para ser incluido en el Salón de la Fama del Boxeo en Canastota, Nueva York, debido a la postergación de la ceremonia para los nuevos integrantes, como consecuencia de la pandemia de coronavirus.

El derecho lo ganó por esa trayectoria impecable e indiscutible, en la que elevó el boxeo a la categoría de exhibición atlética y estética. Lo admite. Pero también por la pulcritud con la que lo ejerció. Fue elegido para ser parte de ese parnaso de peleadores donde lo acompañarán los nombres de Muhammad Ali, Sugar Ray Leonard, Rubén Olivares, Mantequilla Nápoles y sus contemporáneos Marco Antonio Barrera y Érik Morales.

La ceremonia sería este verano. En un día de fiesta que representa el máximo reconocimiento que se ofrenda a una figura del boxeo mundial. La pandemia de coronavirus que provocó el frenazo mundial de toda actividad deportiva, en su correlato menos doloroso, no dejó intacto al pugilismo.

Ya lo esperaba, admite Márquez; al ver la magnitud de la pandemia y los estragos que está provocando a escala mundial, era inevitable que no se suspendiera, así que ya estábamos preparados para esta noticia.

Al lado de Márquez, serían integrados los estadunidenses Bernard Hopkins y Sugar Shane Mosley, que ahora esperarán hasta 2021, donde la ceremonia incluirá a los elegidos para ese año. De modo que será la primera que incluirá a dos generaciones de nuevos elementos del Salón de la Fama.

La decisión de postergar fue necesaria, agrega Márquez; es por el bien de todos, las cosas están muy serias para mucha gente, así que habrá que esperar un año más y espero que en ese entonces, cuando todo esto ya sea superado, podamos celebrar con mayor fuerza.

Además del costo invaluable por los daños humanos, Márquez no pierde de vista el impacto que esta emergencia representará para sus compañeros de oficio que aún no gozan del éxito y la tranquilidad que proporciona.

Muchos se preparaban para esta parte del calendario con muchísima actividad, explica Márquez; esperamos que la actividad laboral para todos se recupere lo más pronto posible. Por el momento debemos cuidarnos todos y tratar de que no nos gane el caos ni el pánico.

Es inocultable la alegría con la que esperan este momento los elegidos para sumarse al Salón de la Fama. Márquez no es arrogante, pero es consciente de la carrera que construyó durante más de 20 años. Peleó a contracorriente, sufrió fallos injustos, lo derribaron varias veces y siempre se levantó para demostrar que está labrado de una madera muy fina y resistente.

Sabía que me lo merecía, acepta sin rubor; porque trabajé duro; el boxeo es un deporte peligroso en el que se va avanzando poco a poco y no sabemos si la gloria va a llegar algún día, pero si trabajas la alcanzarás. Yo lo sé, se lo digo a la gente porque caí tantas veces en el ring y siempre me levanté para ganar.