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La cuna del country, golpeada por el coronavirus
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▲ En Nashville, Tennessee, han emitido órdenes para que los negocios no esenciales cierren temporalmente y que las personas se queden en casa tanto como sea posible para frenar la propagación del coronavirus.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 25 de marzo de 2020, p. a10

Nashville, Tennessee., En un depósito de MooTV, una compañía de producción de videos en vivo en Nashville, Tennessee, grandes estantes rebosan con pantallas de video, cables y fundas con ruedas que normalmente estarían fuera, con Brad Paisley, Chris Stapleton o Dierks Bentley. En un extremo hay un bar vacío con barriles de cerveza donde una vez los fans se sentaron en un escenario junto a Paisley.

Apenas unas semanas antes, el lugar vibraba de actividad.

En cuestión de pocos días nuestro calendario está 100 por ciento vacío, lo que significa ningún ingreso y muchas bocas que alimentar, dijo Scott Scovill, propietario de MooTV.

La música en vivo, los conciertos, festivales, ceremonias de premios y otros espectáculos se detuvieron abruptamente hace unas semanas ante la preocupación por la propagación del nuevo coronavirus. Para miles de empleados que trabajan entre bambalinas, el mundo se volvió mucho más silencioso.

Los conciertos comprenden una parte importante de la multimillonaria industria de eventos en vivo que ha florecido en años recientes aun cuando las ventas de los discos han declinado. Pero esa industria cayó de la cumbre a niveles sin precedentes en sólo días.

Meses sin ingresos para trabajadores de la industria

Trabajadores que viven de espectáculo en espectáculo apoyando a músicos, deportes, festivales y otros actos en vivo para públicos masivos de pronto se enfrentan con meses sin ingresos y sin una idea clara de qué actos podrán reanudarse. Muchos son contratistas independientes, lo que significa que no cuentan con el apoyo de una empresa que los mantenga en tiempos difíciles o les proporcione seguro de salud o permiso por enfermedad. El negocio de los conciertos también es muy temporal, con muchos menos espectáculos en el invierno, lo que significa que muchos dependían de los espectáculos de primavera y verano cuando los golpeó el virus.

Kai Griffin es un manager de gira y gerente de producción que ha estado trabajando con la cantante country Lorrie Morgan siete años, además de algunas bandas nuevas y emergentes. En promedio, tiene unos 125 espectáculos por año. Pero tras la llegada del virus a Estados Unidos, está sin trabajo para el futuro cercano y cuenta con muy pocos ahorros.

No tuve casi nada de trabajo hacia finales del año, dijo Griffin, de 49 años y padre de tres hijos. Uno ahorra para los momentos de sequía en esta industria. Ahora no hay absolutamente nada. Está seca hasta el hueso.