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Despertar en la IV República

Don Daniel y nuestra generación

A

44 años de la muerte de Don Daniel Cosío Villegas: el más joven de la generación de 1915. Sus compañeros fueron ilustres pero las aportaciones que el maestro hizo a nuestra generación son mayores que las de ningún otro. Si comparamos a las generaciones con un tren, el vagón donde iba Don Daniel ha sido clasificado por Luis González y González como el de los revolucionarios de ahora. Nacidos a finales de 1880 y hasta principios del siglo XX fueron minoría rectora entre 1935 y 1958. Los que nacimos hacia 1940 conocimos sus obras más o menos en 1955. Él hizo las aportaciones más significativas para nuestra generación.

La primera fue provocar en los que quedaban de la generación anterior y en las sucescivas una muy sana desilusión de lo que era la Revolución. Su ensayo, La crisis de México de 1947 desgarró los velos piadosos que cubrían a la postRevolución y demostró que apenas una década después de don Lázaro Cárdenas el movimiento revolucionario se había agotado. Nuestra generación es la de la crisis de México.

Otra cosa ejemplar: la calidad del trabajo de Don Daniel. No solo multifacético en sus actividades profesionales sino lo que construyó es de una solidez incomparable: la Escuela de Economía, el Colegio de México, el Fondo de Cultura Económica y el Trimestre Económico, los diez tomos de la Historia Moderna de México y fue clave para incorporar al exilio republicano español que enriqueció nuestra cultura.

Una tercera aportación: la valentía inusitada con la que escribió sus artículos periodísticos poniendo en tela de crítica lo más sagrado: la Presidencia de la República, al punto que Echeverría lo amenazó y luego se arrepintió para pedirle que siguiera escribiendo.

La cuarta es la crueldad con la que hizo la autopsia del sistema político. Estos trabajos continuaron La crisis de México y nos demostraron que no éramos un país moderno sino uno dominado por una monarquía absoluta temporal hereditaria de corte transversal.

La última y no la menor, es la forma en como rescató en su propia vida las viejas cualidades de los liberales que parecían gigantes, la honradez, la sencillez de vida, la bravura, la independencia feroz, la soberbia y la preocupación patriotica que latía en cada una de sus obras.

Colaboró: Mario A Domínguez