El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar se inauguró ayer en medio de violentas protestas, en el contexto de la rebelión social que afecta a Chile desde octubre pasado y que ha dejado 31 muertos. Las manifestaciones comenzaron por el alza a las tarifas del Metro de Santiago, pero la inconformidad se extendió a las políticas del presidente Sebastián Piñera. La imagen, afuera del hotel O’Higgins, durante el festival de música.