El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) culminó este sábado el programa de un año de celebraciones por sus ocho décadas de existencia con un homenaje a su fundador y primer director, el arqueólogo y antropólogo Alfonso Caso y Andrade (1896-1970), con motivo del 124 aniversario de su natalicio.

La ceremonia fue en la Rotonda de las Personas Ilustres, en el Panteón Civil de Dolores, donde yacen los restos de aquel insigne intelectual mexicano, quien fuera también jurista, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y creador, entre otras instancias, del desaparecido Instituto Nacional Indigenista (INI).

El acto convocó a gran parte de la comunidad del INAH, entre ex directores –como Teresa Franco y Sergio Raúl Arroyo–, directivos y funcionarios actuales, encabezados por Diego Prieto, actual titular del instituto, así como investigadores, docentes y personal administrativo.

Entre los invitados especiales figuraron la subsecretaria de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Diana Álvarez Maury; los historiadores Alfredo López Austin y Javier Garciadiego, y otros miembros de El Colegio Nacional.

Además de ser colocada una ofrenda floral y de haberse montado una guardia de honor en el monumento funerario a Alfonso Caso, en la ceremonia se hizo entrega de la medalla conmemorativa de los 80 años del INAH.

La recibieron Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el historiador Enrique Florescano (quien no asistió), Teresa Franco y Sergio Raúl Arroyo, así como eméritos de la institución, como Eduardo Matos Moctezuma, Beatriz Barba de Piña Chan (también ausente) y Jesús Jáuregui, entre otros, y de manera especial Pilar Luna Erreguerena y Francisco Javier López Morales.

Ya en los discursos, Matos Moctezuma hizo una breve semblanza del homenajeado, de quien recordó que fue hermano menor del célebre filósofo Antonio Caso y que formó parte del grupo conocido co-mo Los Siete Sabios, al lado de Vicente Lombardo Toledano, con quien emparentó al casarse con su hermana María.

Destacó no sólo la gran integridad ética e intelectual del humanista, sino su compromiso y vocación de servicio con el país, tanto en su condición de rector de la UNAM, cargo durante el que creó la ley orgánica de la institución, aún vigente, como en la fundación de la Sociedad Mexicana de Antropología, el INAH y el INI.

El historiador e investigador Bolffy Cottom resaltó que muchas de las ideas y acciones de Alfonso Caso dan frutos hoy debido a que ha sido el tiempo de defender el conocimiento, la investigación, la docencia, la instituciones y nuestras culturas y nuestra historia.

Subrayó que si bien no puede ignorarse el momento histórico que vivimos, el contexto globalizador no justifica que convirtamos nuestros bienes culturales y nuestra diversidad cultural en parte del mercado mundial con proyectos que hacen más daño que bien a los pueblos, en el que el patrimonio cultural pareciera que es ya parte de la era del espectáculo y del tianguis de frivolidades.

Diego Prieto aseguró que a 80 años de su creación, el INAH ha sabido mantener su esencia científica fundacional y que, en el actual proceso de transformación del país, la dependencia está presente para incidir en la mejora de vida de los mexicanos y en la búsqueda de un desarrollo con justicia, sustentabilidad y respeto a la pluralidad a la que estamos convocados todos.