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Huachicoleo se reduce 91 por ciento// De 2003 a 2018, incremento sostenido

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n año atrás, por estas fechas, en las estaciones de servicio se veían larguísimas filas de iracundos consumidores en busca de gasolina y otros carburantes, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador pusiera en marcha su plan anti -huachicol para combatir ese boyante negocio que permitió (cuando menos en los sexenios de Fox, Calderón y Peña, con impunidad absoluta) amasar exorbitantes fortunas –con cargo al erario nacional– al crimen organizado, dentro y fuera del gobierno.

Por aquellos ayeres panistas y priístas gritaban a coro que el citado plan era un atropello, que sólo afectaría a los consumidores y estaba condenado al fracaso. Nada dijeron de lo que sintetizó el presidente López Obrador: “en 2018 se robaron a diario más de 600 pipas (de gasolina); ese es el dato, de 15 mil litros cada pipa, alrededor de 200 millones de pesos diarios; y no sólo del llamado huachicol (ordeña de ductos), sino de un plan que tiene vinculación dentro del gobierno y se apoya en un sistema de distribución de combustibles, porque no es fácil distribuir, vender 600 pipas de gasolina al día” (controladas por el capo Romero Deschamps por medio de una concesión de la ex paraestatal).

Y aquella vez López Obrador fue más allá: “los intereses creados, muy poderosos, que operaban desde el gobierno con la complicidad de Pemex, de donde se robaban a diario más de mil pipas de combustible, hoy están presionando, pensando que van a vencer. La administración encabezada por Enrique Peña Nieto hizo creer a todos que se robaban 60 mil millones de pesos de combustible al año vía la ordeña de ductos de Pemex, que eran los huachicoleros, y sólo era una farsa, porque en realidad se daba desde el gobierno, pues tenía toda la información del robo”.

Pues bien, a un año de distancia el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, informa que de aquel entonces a la fecha, en robo de combustible se logró una reducción de 91 por ciento; hubo un ahorro de 56 mil millones de pesos en poliductos, en los ductos que transportan el combustible, y mil 900 millones de pesos en gas licuado. La pérdida diaria actual es de 5 mil barriles (unos 15 millones de pesos). Comparando con 2019, a 2018 se llegó a una pérdida de 20 millones 400 mil barriles y en 2019 fueron un millón 800 mil.

He ahí una muestra del plan que –panistas y priístas dixit– estaba condenado al fracaso. Lo cierto es que el puesto en marcha por el presidente López Obrador resulta ser el único real y efectivo en cuatro gobiernos; no hay que olvidar que con los anteriores planes integrales para combatir el robo de combustible (Fox, 2003; Calderón, 2007 y Peña, 2017) el número de tomas clandestinas –sin considerar el hurto directo en las instalaciones de Pemex– creció en forma exponencial, tanto que el alza fue mayor a 20 mil por ciento en esas administraciones.

En tiempos de ese trío de trácalas inquilinos de Los Pinos, siete fueron los directores generales de Pemex (dos en cada gobierno panista y tres en el priísta; hoy, gracias a la reforma energética,muchos de ellos están al servicio de trasnacionales petroleras o involucrados en el negocio del oro negro) y ninguno de ellos vio nada en materia de robo de combustible. Pero el hurto estaba a la vista (y en los bolsillos) de todos, dada la imposibilidad de esconder millones y millones de litros de gasolina en la tina del baño.

Romero Oropeza detalló que en el primer año del plan anti- huachicolse integraron 345 carpetas de investigación judicializadas; 680 personas vinculadas a proceso; 422 sentencias condenatorias; 562 personas sentenciadas; 332 órdenes de aprehensión; 251 cateos y 19 inmuebles asegurados.

Las rebanadas del pastel

Por cierto, en tiempos de Felipe Calderón la extinta Secretaría de Seguridad Pública formaba parte del combo institucional dedicado a combatir el robo de combustible. ¿Quién era el titular? ¡Sorpresa! Genaro García Luna.