Opinión
Ver día anteriorDomingo 5 de enero de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Los Reyes Magos
E

n unas horas van a llegar los Reyes Magos a muchos hogares con infantes a dar regalos a los que se portaron bien –cualquier cosa que eso signifique–. El festejo se acompaña de la partida de la rosca de Reyes.

Así concluye el puente Guadalupe-Reyes, que inicia el 12 de diciembre con los festejos en homenaje a la Virgen de Guadalupe. En el camino se celebran las posadas, las fiestas navideñas y el Fin de Año. En todo ello se van los sueldos, el aguinaldo y comienzan las colas en los montepíos para empeñar algún objeto valioso y librarla hasta la quincena.

Pero qué más da si estamos felices; ya lo dijo hace unos años la encuesta mundial que constató que los mexicanos son de los mas felices del planeta. Recordemos el dicho popular: lo bailado nadie te lo quita.

Entre sorbos de un chocolate calientito, acompañado de una rebanada de rosca, vamos a recordar nuevamente con don José Rogelio Álvarez, el erudito autor de la Enciclopedia de México –a quien seguimos añorando– lo que nos platica de la tradición de los Reyes Magos.

En su delicioso librito Celebraciones decembrinas en la Ciudad de México, nos habla del Evangelio de Mateo, en el cual se mencionan unos magos de Oriente que, guiados por una estrella, buscaban en Jerusalén al rey de los judíos.

Tras estudiar las Escrituras, el rey Herodes despachó a los magos a Belén con encargo de notificarle el domicilio del recién nacido. Al llegar a Belén y encontrarlo, lo adoran, le ofrecen oro, incienso y mirra y tras una premonición angélica de no volver con Herodes, retornan a su tierra.

Hasta aquí la historia más conocida, pero nos aclara el autor que, bien leído el pasaje evangélico, no habla de reyes, ni son tres, ni tienen los nombres que se les atribuyen.

La estrella alude al relato del Libro de los números, en el que el adivino Balaan percibe la grandeza de un caudillo israelita simbolizado por el astro. Por su parte, los magos orientales reflejan un pasaje del Salmo 72: Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo y se postren ante él todos los reyes. Lo que se refiere al oro, incienso y mirra aparece presagiado por el profeta Isaías: Jerusalén... la riqueza.... de los pueblos vendrá a ti... vendrán trayendo oro e incienso.

Explica don José Rogelio que estas tradiciones, junto a varias otras del mismo carácter, son fruto de acomodaciones apócrifas de los siglos IV y V. Lo cierto es que desde hace varios siglos forman parte del imaginario colectivo y dan lugar a un festejo que en nuestro país goza de enorme popularidad. De hecho, entre la mayoría de la población continúa llevándole la delantera al obeso Santa Claus, ya que son los que traen los juguetes a los niños.

Como sucede con casi todas las fiestas de tradición, tiene su reflejo en la gastronomía, con las sabrosas Roscas de Reyes y su consabido niño, que compromete a quien lo obtiene a hacer una tamalada el 2 de febrero, día de La Candelaria”.

Del origen de esta costumbre nos platican Cristina Barros y Cristina del Villar en el interesante libro El santo olor de la panadería. Nos dicen que es de origen medieval, cuando el 6 de enero se partía la rosca en nombre de los reyes, de ahí su nombre. Un trozo era para la Virgen, otro para el Niño Dios y, en algunos lugares, uno más para el ausente. El resto se distribuía entre los pobres. También existía el uso de poner una haba en la rosca y el que la sacaba al partir la rosca era coronado rey. Aquí se sustituyó por un niñito que antes era de porcelana y ahora de plástico o cerámica. Si es rosca grande aparecen varios.

Aunque han desaparecido muchas panaderías de barrio, principalmente por el embate de los supermercados que también ofrecen pan, las roscas de reyes se encuentran por todos lados.

Si prefiere degustar in situ, son recomendables: el café de Tacuba, en el 28 de esa calle, donde preparan diariamente su incomparable bizcochería, o en cualquiera de los restaurantes El Cardenal que la acompaña con su exquisito chocolate hecho en casa.