Opinión
Ver día anteriorDomingo 5 de enero de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
De Nuestras jornadas

Esperanzador 2020

U

n balance objetivo podría mostrar que, para Guerrero, el año que recién concluyó, si bien fue de claroscuros, en general resultó para bien de sus habitantes en varios de los rubros que más les importan.

En la que es, por mucho, la demanda más sentida de la población, la seguridad pública, desde hace meses los reportes oficiales han mostrado mejoría continua, hasta el punto en que en la última sesión de 2019 de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz, el gobernador Héctor Astudillo confirmó que el estado descendió hasta el séptimo lugar nacional en cuanto a criminalidad, luego de avanzar 23 por ciento sobre los indicadores de 2018.

En afluencia turística, indicador seguro del reposicionamiento en esa materia, las cosas también mejoraron, según las cifras oficiales y las apariencias, hasta el punto en que este miércoles la ocupación hotelera en Acapulco se ubicó en 97.5 por ciento, en consonancia con el nivel alcanzado por los otros destinos turísticos de la entidad.

Y así podrían citarse otros rubros, algunos de los cuales tienen que ver con políticas nacionales empujadas por el gobierno federal, como la mejoría real de los salarios mínimos, efecto de aumentos decretados que no tienen merma, como en otros tiempos, a causa de una inflación desbocada, pues, como es bien sabido, en México ese fenómeno está bajo el control del Banco de México y en niveles no vistos desde hace muchas décadas.

Sin embargo, no todo son noticias alentadoras. Por ejemplo, en lo que respecta al medio ambiente, reporteros de este diario documentaron la profusión con que fueron empleados envases plásticos de un solo uso en las fiestas de fin de año, a pesar de la prohibición que entró en vigor hace meses en el estado, lo cual muestra que en este rubro queda mucho por hacer para educar, sensibilizar y concienciar a la población.

Sólo cabría anotar al respecto la aparente contradicción entre esta política que pretende salvar de la catástrofe de los plásticos al planeta y el impulso vigoroso que está dando el gobierno federal a la industria petrolera –la cual es el origen de los plásticos nocivos– y hasta a la industria del carbón.

Pero, como quiera que sea, el horizonte no deja de ser esperanzador.