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Circula en librerías mexicanas El arte de los ruidos, de Luigi Russolo

El sello Dobra Robota publica por primera vez esa obra en español

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▲ Cajas rectangulares con parlantes que el compositor italiano Luigi Russolo utilizó para crear El arte de los ruidos
 
Periódico La Jornada
Sábado 28 de diciembre de 2019, p. 3

Editado por primera vez en español por Dobra Robota, El arte de los ruidos de Luigi Russolo se consigue en algunas librerías mexicanas y es uno de los testimonios de la vanguardia sónica del siglo XX.

Algunos sonidos de Russolo permanecieron inéditos hasta el año 2000. En el babilónico YouTube se ve una ilustración de cómo fue generada la obra: una docena de enormes cajas rectangulares con parlantes repartidas a lo largo de una habitación, como soundsystems jamaiquinos prehistóricos. La música de Russolo marcó, más que ninguna, una ruptura entre ruido y música, o más bien desarrolló tan bien su presentación que en vivo ocasionó peleas entre integrantes del público. Ese acto provocativo, alimentado del conservadurismo ajeno y completo con la furia de terceros constituyó, a principios del siglo XX, una rama sónica del situacionismo y el dadaísmo.

Con fecha del 11 de marzo de 1913 y origen en Milán, Russolo escribió: ‘‘La vida antigua fue toda silencio. En el siglo diecinueve, con la invención de las máquinas, nació el Ruido. Hoy, el Ruido triunfa y domina soberano sobre la sensibilidad de los hombres. Durante muchos siglos la vida se desarrolló en silencio, o a lo sumo, en sordina. Los ruidos que interrumpían este silencio no eran ni intensos, ni prolongados, ni variados.” En este reordenamiento social que propusieron las corrientes más rupturistas, el progreso industrial es tan peligroso como el tradicionalismo, pero también una fuente de arquitectura y ruido, de la cual es posible extraer un provecho artístico para diferentes grupos de individuos.

Influencia en la música ambient de Brian Eno

Una presentación de los sonidos de El arte de los ruidos junto a su colega futurista Martinetti causó una reacción violenta del público, aún no preparado para los nuevos sonidos; si esas nuevas frecuencias se dividían entre crepitares y rumores, su reproducción en vivo estuvo signada por golpes y objetos arrojados al escenario. Casi sin intentarlo, Russolo dio con una fórmula sonora que atentó contra lo que en ese momento era considerado buen gusto. Fue en 1913, el mismo año en que El rito de la primavera de Stravinsky causó una revuelta en París.

John Boyle fue uno de los integrantes claves de Nihilist Spasm Band, una banda canadiense ruidosa, que no incluía ningún músico en sus filas. En pleno flower power su mensaje era diametralmente opuesto al movimiento pacifista y puntualizado por un solo grito en su debut No Record: ‘‘Destruye a todas las naciones.” Dice Boyle sobre Russolo: ‘‘Encontré a él y a sus colegas futuristas interesantes como pensadores. El libro me resultó fascinante, si bien no lo consideré profundamente en el momento, compartimos algunas preocupaciones: era importante para nosotros considerar el amplio rango de sonidos que existen más allá de la música.”

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▲ Portada del libro.

Es difícil encasillar a Nihilist Spasm Band en una tradición musical, sin embargo las mismas preguntas planteadas por Russolo parecen resurgir en su discografía y afortunadamente quedar sin respuesta: ‘‘Estábamos demasiado ocupados aprendiendo a tocar entre nosotros para tomar en cuenta a la teoría musical. Nunca acordamos sobre cómo improvisar, así que simplemente dejamos que suceda.”

Si bien el reordenamiento sociopolítico de principios del siglo XX llevó a las vanguardias artísticas a sostener posturas políticas ambiguas o conservadoras, la herencia del ruido de Russolo tuvo manifestaciones y crías de todo tipo. El caso de Nihilist Spasm Band se puede emparentar al del compositor italiano, ya que en el flower power de 1965, su música estaba casi tan fuera del statu quo musical como Russolo en su época. Al gritar ‘‘destruye a todas las naciones.” Nihilist Spasm Band tomaron una postura entre el horror y el humor: ‘‘Usamos el humor para burlarnos de la aceptación de la mentalidad colonial de muchos de nuestros compatriotas, demasiado ocupados beneficiándose de esa mentalidad servil, pero tratamos de no tomarnos muy en serio, ya que el humor y la sátira hicieron todo más soportable para nosotros.”

La resonancia musical de la obra de Russolo es tan variada como las posturas políticas de sus herederos musicales. En la conclusión de El arte de los ruidos dice: ‘‘Debemos remplazar la limitada variedad de los timbres de los instrumentos orquestales por la variedad infinita de ruidos obtenidos a través de mecanismos especiales.” Es en este punto en el que El arte de los ruidos influenció a la figura más reconocida de la música ambient, Brian Eno, ya que desde el título de un disco como Music for airports (Música para aeropuertos), se infiere que el ambient no es sólo un subgénero musical donde predomina el interés por los timbres por sobre las melodías, también cuenta con el recur-so de ser completada con el murmullo del espectador, interferida ‘‘especialmente” por los habitantes del espacio para el cual fue creada la música.

* Investigador musical