Bagdad. El presidente de Irak, Barham Salih, presentó ayer su dimisión ante el Parlamento por su negativa a proponer para primer ministro a un candidato de un bloque legislativo respaldado por Irán y quien no contaría con la aceptación de los manifestantes, quienes protestan desde el primero de octubre contra la corrupción en el país y en exigencia de un nuevo sistema de gobierno.

En una carta enviada al Parlamento, el mandatario argumentó que está dispuesto a dimitir, pues la Constitución lo obliga a proponer a un candidato de la mayor coalición parlamentaria. Actualmente el bloque Binaa, respaldado por Irán, es el más grande y nominó al gobernador de Basora, Asaad Eidani, para primer ministro.

Agregó que el nombramiento de Binaa no aplacaría a los manifestantes que exigen un candidato independiente sin afiliación partidaria. Por mi deseo de detener la sangre y mantener la paz, y con el debido respeto a Asaad Eidani, me niego a nominarlo, expresó Salih.

Desde que el primer ministro Adel Abdel Mahdi dimitió a finales de noviembre, luego de haber sido abandonado por el ayatola Alí Sistani, figura tutelar de la política iraquí, Binaa presionó para que el ex ministro de Enseñanza Superior Qusei Suhail lo remplazara.

Sistani adelantó ayer que no tratará la situación política en su sermón de este viernes. Desde hace tres meses ha preferido mantener distancias con los políticos tras las inéditas protestas antigubernamentales, cuyo saldo es de casi 460 muertos y 25 mil heridos, y aseguró que no desempeñara ningún papel en la designación del nuevo primer ministro.

Durante esta jornada, cientos de manifestantes en la sureña ciudad de Kut corearon: no queremos a Asaad el iraní, mientras miles de inconformes marcharon en la Plaza Tahrir, de Bagdad, con inmensos retratos del nuevo candidato parlamentario que tacharon con una gran cruz roja.

Los manifestantes rechazan a los políticos que emergen de la actual clase dirigente y piden líderes independientes, de preferencia tecnócratas que no hayan participado en un ningún gobierno desde 2003, cuando fue derrocado el presidente Saddam Hussein tras una ofensiva militar estadunidense.