La escritora Maryse Condé fue reconocida por la Gran Cruz de la Orden Nacional del Mérito de la República de Francia, pues su trabajo ‘‘combina ficción, autobiografía y ensayos; está anclado en el pensamiento poscolonial y feminista”, informó ayer el gobierno de ese país en un comunicado.

El escritor franco-libanés Amin Maalouf, quien el pasado domingo participó en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, también recibió la distinción de Gran Oficial, de acuerdo con el decreto presidencial emitido el pasado 30 de noviembre.

La narradora ha combinado la ficción y la autobiografía; es una voz imprescindible de la experiencia de la negritud, el colonialismo y las mujeres. Nació en 1937 en Guadalupe, recibió en 2018 el Nobel alternativo de Literatura, instituido por escritores, bibliotecarios y artistas suecos, el mismo año en que la Academia Sueca suspendió la entrega del galardón con motivo de un escándalo sexual. Y este año aparecía como una de las favoritas para recibir el galardón instituido por Alfred Nobel.

Mujeres, esclavitud, diáspora y colonialismo

Editorial Impedimenta, que pública la obra de Condé en español, señala que sus libros interrogan sobre la memoria y la identidad habitadas por luchadoras, figuras de mujeres, así como por los fantasmas de la esclavitud, la diáspora y el colonialismo, como ha ocurrido en los títulos La migration des cours (1995), Desirada (1997) y Célanire cou-coupé (2000).

En Corazón que ríe, corazón que llora, publicado en español este año, la autora antillana reúne sus memorias de la infancia, donde ‘‘profunda, ingenua y melancólica” narra el descubrimiento de su propia negritud y de la feminidad, la toma de conciencia política y el surgimiento de la vocación literaria.

La orden fue instituida en 1963 por el general De Gaulle, es la segunda de carácter nacional en Francia, después de la Legión de Honor, que ya recibió Condé.