En Bolivia se concretó el golpe de Estado, afirmó el investigador en estudios latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México Adalberto Santana.

Subrayó que al renunciar a la presidencia de ese país, Evo Morales prefirió sacrificar su gobierno y proyecto a fin de evitar el derramamiento de sangre. El académico criticó el intervencionismo de Estados Unidos y de la Organización de Estados Americanos (OEA) en los procesos internos bolivianos.

La postura de Evo Morales (al dimitir) es impedir una confrontación como la que se ha dado en Chile. Evo no es un dictador como lo es (Sebastián) Piñera, no llega a ese grado de intolerancia. Prefirió sacrificar su gobierno a que se pierdan vidas, señaló el académico.

Este desenlace, apuntó, se da por la combinación de varios elementos: las protestas sociales tras los señalamientos de la oposición de un presunto fraude electoral, la presión de la ultraderecha boliviana y de actores económicos y la injerencia de actores externos, en particular la OEA.

La secretaría general de la OEA ha desempeñado un papel muy beligerante contra los gobiernos de América Latina, sobre todo los progresistas y de izquierda, como Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Cuba y seguro, en breve, lo hará contra México. Es un organismo intervencionista al servicio de Estados Unidos, sostuvo el latinoamericanista.