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La estrategia de seguridad no pueden ser los abrazos: Élmer Mendoza

El autor de Un asesino solitario, que cumple 20 años de su publicación, presentará en la FIL de Guadalajara su nueva novela, La cuarta pregunta

 
Periódico La Jornada
Domingo 10 de noviembre de 2019, p. 2

Si la estrategia oficial a seguir contra la violencia es la que ha mostrado el gobierno en las semanas recientes, se han equivocado; la solución es fácil: hay que cambiarla, advierte el escritor Élmer Mendoza. Y añade: México se encuentra en un punto de quiebre; el Estado está obligado a mantener la paz en nuestro país para que todos podamos desempeñar nuestro trabajo, menos los delincuentes.

Esta entrevista ocurre al cumplirse 20 años de la publicación de Un asesino solitario, con la que se considera que se inició el subgénero de la narconovela en México, y que ha convertido a Élmer Mendoza (Culiacán, 1949) en uno de los principales representantes de la novela negra. Ahora, continúa su incursión en la literatura juvenil con La cuarta pregunta, protagonizada por el Capi Garay, la segunda de una trilogía que comenzó con El misterio de la orquídea calavera.

Sucesos como lo ocurrido en Culiacán (la detención y liberación del hijo de El Chapo Guzmán) y el asesinato de niños y sus madres de la familia LeBarón han demostrado que la estrategia no son los abrazos. Estamos en un punto de quiebre que no se puede ignorar. La gente del gabinete no puede seguir diciendo que lo están pensando, que no ha pasado nada, que es culpa de los gobiernos anteriores. Es que nadie les prometió un jardín de rosas: este es un país que tiene muchos años en conflicto con la violencia y que en los 20 años pasados los delitos se han diversificado, dice el creador del detective Édgar Mendieta, mejor conocido como Zurdo Mendieta.

“De lo que se ha visto, el narco ya es de los delitos menos graves: la crueldad con que fueron asesinados niños y mujeres es para obligar a cualquiera con la responsabilidad en la seguridad de nuestro país a decir: ‘aquí no estamos haciendo el trabajo’, y ponerse a hacerlo.

“Luego piensan que la prensa o los mexicanos que señalamos las dificultades que tienen, los defectos de la política, somos los enemigos. No lo somos, somos mexicanos y entre los mexicanos que no compartimos las políticas, hay muchos mexicanos que votaron por ellos, y que, claro, se sienten o nos sentimos con la obligación de hacer señalamientos.

Es inaudito lo que pasó en mi ciudad y lo que pasó en la sierra; eso realmente no tiene madre. Luego, que los gringos quieren meterse, ¡por Dios! ¿Otra guerra de intervención?, eso nunca. ¿Que van entrar el FBI y la CIA? Ellos están ahí. ¿A quién quieren hacer tonto? Aquí está la CIA, la DEA, el FBI, y eso, muchos mexicanos, millones de mexicanos, lo saben. Claro, actúan con restricciones pero aquí están.

El narco mostró el poder”

En lugar de tratar de explicar lo que pasó en la sierra y en Culiacán mejor que empiecen a trabajar y a diseñar una política diferente.

Añade, “sí, el país está lleno de problemas, y lo que han hecho (los narcos) es mostrar el poder. En el caso de Culiacán fue mostrar la capacidad de reacción y un poder muy definido, pero en el caso de la sierra de Sonora fue como: ‘vean de lo que somos capaces. El grado de crueldad que manejamos y cómo nos importa un diablo la vida de unos niños y unas mujeres’.

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▲ Se considera que con Un asesino solitario se inició el subgénero de la narconovela en México y que convirtió a Mendoza en uno de los principales representantes del género negro.Foto Jesús Villaseca

Aquí es muy peligroso cuando comienzan a aparecer diversos grupos que pudieran ser los responsables, lo que quiere decir es que las autoridades no saben o saben y no lo van a decir jamás; a lo mejor fue Teté, a lo mejor fue este otro, o aquel. ¡Por Dios!

–Se cumplen 20 años de la publicación de Un asesino solitario, ¿qué ha pasado desde entonces?

–He tenido que ponerme más atento a cómo nuestro país se ha ido depredando, con relación a los delitos y a la aplicación de las leyes; me duele. He detectado mucho dolor, angustia en millones de mexicanos, que se manifestó en la votación. Votaron por personas que prometieron que eso se iba a acabar, y con toda razón votaron, porque sí sientes que el país es una miasma, está pudriéndose. Por eso nuestro señalamiento en la actualidad de que ni Culiacán, ni la sierra tienen justificación. No requieren explicación. La única explicación que nos deberían de dar es: ‘bueno, vamos a rediseñar nuestro plan, y dar su lugar al Ejército, a la Marina’, porque en este tiempo han sido humillados, y eso no puede ser. Nuestro Ejército es fuerte, tiene personalidad; ojalá no permitan que la pierda.

El país está tan hacia el abismo que es inevitable que la gente quiera saber qué pienso de eso. Y, pues soy norteño; los norteños siempre decimos lo que pensamos.

Como norteño también se ha dedicado a mostrar esa parte del país, muchas veces desconocida para el resto. En La cuarta pregunta utilizó los recuerdos de su infancia en la zona desértica para ambientar las nuevas aventuras del Capi Garay y sus amigos.

“Ojalá con esta novela lo conozcan. Hay una carretera que está entre Puerto Peñasco y Santa Clara, que es otro pueblito, al que el viento cubre de arena, y es un generador de ideas. Me gustaría que la gente conociera los espacios de mi novela, así como pasó con Xilitla (El misterio de la orquídea calavera) que muchísima gente fue a ese lugar después de leerla.

Ahora conocerán el desierto, una parte de México muy importante, diferente, bonita, y aparentemente apacible, porque el desierto no es solamente lo que se ve de arena sino lo que hay abajo de ella, lo que existe detrás de la vegetación, o cómo varía el color del suelo, que puede ir de blanco a completamente negro, por lo metales. Para apreciar su belleza realmente, su misterio, conviene ir al amanecer o al anochecer.

La cuarta pregunta (Alfaguara) se presenta el 5 de diciembre en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.