Sociedad y Justicia
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Normas añejas dan manga ancha a la contaminación de los ríos: científicos
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de octubre de 2019, p. 36

Ante la contaminación de los ríos Santiago, en Jalisco, y Atoyac, en Puebla, donde hay residuos industriales de distintos sectores, la población ha desarrollado 45 enfermedades, 52 tipos de malformaciones y 82 tipos de tumores, sostuvo Marisa Mazari, del Instituto de Ecología de la UNAM.

Agregó que debido a que las normas de calidad hídrica y la legislación son añejas, hay contaminantes que no están considerados en el monitoreo. Ahora hay que considerar virus y compuestos orgánicos que no se vigilan en forma rutinaria, además de que todos los contaminantes se deben ver como grupo y no de forma aislada.

Durante el foro Disertaciones sobre el derecho humano al agua para la construcción de una ley general, sostuvo que hay compuestos orgánicos, como los sólidos suspendidos, sedimentos, grasas y aceites; nitrógeno, entre otros, que deben valorarse en el monitoreo de la calidad del líquido.

Agregó que hay normas que miden metales, como plomo y zinc, pero se debe ver en conjunto por los efectos en la salud, ya que el arsénico, por ejemplo, causa potencialmente daños al aparato digestivo, hígado y pulmones; así como el manganeso se relaciona con el síndrome de Parkinson, precisó. “No se presta atención a compuestos de tipo orgánico, hay muchos desechos de la industria minera y la de fracking, que son mezclas de residuos y van a dar a los sistemas de agua subterránea de donde proviene 80 por ciento de la que se va a la red pública”.

La norma oficial mexicana para consumo humano es de 2000, en 2016 se discutió, pero no se hicieron cambios; la de vertimiento de residuales es de 2001 y da manga ancha a la contaminación.

La Conagua reporta que 63 por ciento del líquido se recolecta, pero no todo se trata. Lo que se mide no refleja la complejidad de los contaminantes que hay, insistió.

Nathalie Seguín, de FanMéxico, sostuvo en su intervención que el sector privado debe asumir su responsabilidad, ya que el costo para la limpieza hídrica no debe ser del erario, sino de quien genera la contaminación.

Al concluir el foro, la titular de la Conagua, Blanca Jiménez, enunció que se debe lograr una cultura de aprovechamiento del recurso, ya que su manejo y conservación involucra a todos.