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Disturbios en las principales ciudades

Cataluña vive otro día de protestas por condenas a independentistas

Reproches al presidente Quim Torra por convocar a las movilizaciones y luego ordenar la represión, que ha dejado 244 heridos y 25 detenidos

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▲ Manifestantes enfrentaron ayer a los agentes antidisturbios en Barcelona.Foto Afp
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▲ Movilización en repudio al fallo que condenó a líderes catalanes a penas que van de nueve a 13 años de prisión.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de octubre de 2019, p. 24

Barcelona. Barcelona, Lleida, Tarragona y Girona fueron escenario ayer de masivas protestas que derivaron en batallas campales entre manifestantes y policías, en repudio a la sentencia del Tribunal Supremo a nueve políticos independentistas que fueron condenados a entre nueve y 13 años de prisión.

Agentes antidisturbios lanzaron pelotas de goma a manifestantes, que respondieron con piedras, botellas, botes de pintura, bengalas y barricadas de fuego.

El saldo preliminar al cierre de esta edición era de 25 detenidos y 74 lesionados, que se suman a los más de 170 heridos en la jornada de protestas del lunes en Barcelona, entre ellos un joven de 22 años que perdió un ojo y otro un testículo. Ambas lesiones habrían sido producidas por el uso de pelotas de goma que lanzan los agentes antidisturbios.

El caos imperó en las calles de las cuatro principales ciudades de Cataluña, después de que por segundo día decenas de miles de personas se manifestaron contra la sentencia del tribunal español a los políticos que impulsaron y diseñaron el fallido proceso de independencia en octubre de 2017.

El movimiento independentista se congregó en torno a lo que llamó el tsunami democrático y a los autodenominados Comités de Defensa de la República para bloquear carreteras, aeropuertos, estaciones de tren y las principales calles de las ciudades más grandes.

En varios puntos de la región se cerraron autopistas, estaciones de tren y se reportaron varios intentos fallidos por ocupar de nuevo el aeropuerto de Barcelona y la Estación de Sants, donde se encuentra la mayoría de trenes de alta velocidad que comunican a la ciudad con Francia y el resto de España.

En Barcelona una marcha pacífica de unas mil personas recorrió el centro de la ciudad al filo del mediodía y terminó en las inmediaciones de la Universidad, donde estuvieron durante varias horas sentados, a la espera de acudir a la sentada de protesta convocada en las inmediaciones de la delegación del gobierno local. Fue el acto cumbre del día, al que acudieron 40 mil personas, según la Guardia Urbana.

El objetivo de los organizadores de las protestas del tsunami democrático era expresar su repudio a la sentencia en las principales sedes del gobierno español en Cataluña, es decir, en la delegación de Barcelona y en las subdelegaciones de Girona, Lleida y Tarragona.

Después de que miles de personas estuvieron sentadas de forma pacífica, con veladoras encendidas y exigiendo libertad a los presos políticos e independencia, se escucharon en grandes bocinas las cartas escritas para la movilización por los políticos que cumplen condena, entre ellas la de la ex presidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell, sentenciada a 10 años de prisión. Seguimos con la cabeza alta, perseverando, luchando con fe y esperanza en un futuro que será nuestro, de todos, expresó.

La policía autonómica catalana, los Mossos D’Esquadra, desplegó un dispositivo de seguridad en las inmediaciones de los edificios del gobierno español, para lo que colocaron vallas de metal y sus propios furgones policiales.

En la protesta de Barcelona, un grupo de jóvenes que habían estado durante más de una hora lanzando piedras, botellas de vidrio, bengalas y pintura, finalmente decidieron levantar una barricada, para lo cual quemaron mobiliario urbano y llantas.

Fue ese hecho lo que disparó la actuación de los agentes antidisturbios, a los que se sumaron los comandos de la Policía Nacional española, para dispersar a los manifestantes. El resultado fue una ciudad en llamas en las principales calles del centro, entre ellas el Paseo de Gracia, que alberga grandes hoteles y tiendas de lujo, donde se escuchaba continuamente el disparo de las pelotas de goma, el sonido incesante de las sirenas y los gritos de los manifestantes.

Algo parecido ocurrió en Girona, Tarragona y Lleida, donde después de la sentada de protesta con veladoras para recordar a los presos vinieron duros enfrentamientos con la policía.

Un sector del independentismo reprochó al gobierno del independentista Quim Torra que mientras alentaba las movilizaciones y hacía un llamado público a salir a las calles también ordenó a los agentes reprimir la protesta. Es una contradicción como la que tuvimos el primero de octubre, pero se hace para cumplir con la legislación española, aseguró un nervioso Torra.

Desde Madrid, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, informó que se abrió una investigación para determinar quién está detrás de la organización de las protestas ciudadanas que se han congregado en el tsunami democrático y que el lunes bloquearon parte de la actividad del aeropuerto de El Prat, donde se cancelaron 110 vuelos y ayer 45.

Una minoría quiere imponer la violencia en las calles de las ciudades catalanas, acusó el gobierno español.