Andy Ruiz, primer campeón mexicano de peso completo, publicó un mensaje que encendió las redes sociales. Ante la anuencia del Comité Olímpico Internacional de permitir la participación de profesionales en Tokio 2020, el peleador expresó su deseo de representar a México en Juegos Olímpicos.

Ruiz habló desde la emoción, antes de convertirse en profesional, perteneció a la selección mexicana de boxeo e intentó conseguir, sin éxito, un boleto para competir en Pekín 2008. Las reacciones que provocó su publicación atizaron el debate sobre si es justo o seguro enfrentar dos formas de boxeo con lógicas distintas.

Mientras se polarizan las posturas, la Federación Mexicana de Boxeo y Conabox opinan que es una oportunidad para recuperar el sitio de honor en el podio, algo que no consiguen mexicanos desde hace medio siglo; organismos como el CMB y la OMB, por razones distintas, no comparten la idea de permitir la participación de peleadores profesionales en el deporte olímpico.

Andy Ruiz decidió borrar su mensaje, pero el debate continúa. Manny Robles, entrenador del campeón pesado, tampoco acepta la mezcla de profesionales con amateurs y expone sus opiniones.

Sé de lo que habló porque soy entrenador profesional y entrené al equipo olímpico de Estados Unidos, cuenta Manny, originario de Jalisco; la publicación de Andy es una decisión personal y eso lo respeto, pero no estoy de acuerdo porque mezclar profesionales en el boxeo olímpico cierra las puertas para que los jóvenes amateurs cumplan un sueño; no es justo porque les cortan las alas.

Lo que defiende Robles con su postura es la experiencia de trabajar con jóvenes cuyo principal interés es la gloria deportiva, no económica. Cierta mística que aún mantienen viva y que los profesionales pierden al debutar en el boxeo de paga. Los profesionales pelean por dinero, siempre buscan ganar más, apunta Robles; es difícil pensar que un campeón haga a un lado su interés comercial, económico o posponga una pelea millonaria por un torneo amateur.

Sobre la postura de Andy, su entrenador lo atribuyó a la espina que le quedó clavada al no conseguir ir a Juegos Olímpicos y a su amor por México.

No es fácil para un profesional hacer una pausa para tener que eliminarse, pelear con desconocidos, en fin, es un tema que debe analizar con cuidado, concluye.