Sociedad y Justicia
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Crean en FES Cuautitlán proceso para degradar PET en unas horas
 
Periódico La Jornada
Martes 1º de octubre de 2019, p. 35

Académicos e investigadores de la FES-Cuautitlán, de la UNAM, han desarrollado un proceso innovador, sencillo y altamente rentable, según se estima, para degradar en horas envases de PET (tereftalato de polietileno).

El proceso, que se guía por la llamada química verde, ha sido desarrollado desde 2006 y en él se utiliza una arcilla natural como catalizador, que es un material económico que puede obtenerse a gran escala en minas a cielo abierto que ya operan, y cuyos resultados son extraordinarios en tiempo y costos, mucho mejor que los identificados por algunas naciones desarrolladas, como Japón, China o Alemania.

Los investigadores Luis Antonio Martínez Arellano, José Guadalupe García Estrada y José Guillermo Penieres Carrillo, cuentan ya con patente, aunque el trámite y obtención del número de registro a nombre de la UNAM duró siete años, de 2008 a 2015.

Con este proceso químico puede tratarse con éxito el PET –que tarda entre 400 y 500 años en degradarse en el medio ambiente–, y que según datos de la Asociación Nacional de la Industria del Plástico, en México se producen alrededor de 800 mil toneladas anuales, reciclándose menos de 20 por ciento de este material, definido químicamente como un polímero, cuya unidad molecular son los monómeros.

Arcilla natural, catalizador

En entrevista en el Campus Uno de la FES-Cuautitlán, Penieres Carrillo y García Estrada explicaron el proceso por el cual la arcilla natural se usa como catalizador para degradar el PET, obteniendo buenos rendimientos de un sólido amorfo llamado ácido tereftálico (ATF), uno de los monómeros que lo conforman. Se demostró que nuestro catalizador natural tiene esa función muy selectiva de despolimerizar al PET con eficienca, dijo Penieres Carrillo.

Añadió que con ello no sólo se puede volver a fabricar nuevos envases, sino incluso utilizarse con mucho éxito en la elaboración de fármacos y en la creación de un polímero identificado como Kevlar, capaz de soportar elevadas temperaturas y seis veces más fuerte que el acero, ideal para la fabricación de chalecos antibala.

García Estrada señala que este proceso abre un enorme abanico de posibilidades de reutilización, además de que sería muy rentable, pues en el laboratorio se ha comprobado que en el proceso de degradación química se obtiene hasta 80 por ciento de material reusable.