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País que nos ataque se convertirá en campo de batalla, advierte Irán

Insiste Riad en responsabilizar a Teherán por los daños causados a sus instalaciones petroleras

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▲ Hossein Salami, jefe de los Guardianes de la Revolución, aseguró que sus fuerzas armadas están listas para combatir en cualquier escenario.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de septiembre de 2019, p. 21

Teherán. El jefe de los Guardianes de la Revolución, Hossein Salami, advirtió ayer, un día después del anuncio de nuevos refuerzos militares estadunidenses en la región del Golfo Pérsico, que cualquier país que ataque a Irán verá su territorio convertido en campo de batalla.

Quien quiera que su territorio se convierta en el principal campo debatalla, adelante, dijo el general de división Salami durante una rueda de prensa en Teherán, una semana después de los ataques contra instalaciones petroleras sauditas reivindicados por los rebeldes yemeníes, pero que Riad y Washington atribuyeron a Teherán.

El secretario estadunidense de Defensa, Mark Esper, anunció el viernes que el presidente Donald Trump aprobó el despliegue de fuerzas estadunidenses, que van a ser de naturaleza defensiva.

Los ataques del 14 de septiembre, que redujeron a la mitad la producción de petróleo saudita e hicieron que se disparara el precio del oro negro, atizaron el temor a un enfrentamiento militar entre Estados Unidos e Irán.

No permitiremos jamás que una guerra invada el territorio de Irán, añadió el general Salami al inaugurar una exposición en el Museo de la Defensa Sagrada y de la Revolución Islámica, dedicada a unos supuestos drones estadunidenses capturados en territorio iraní.

¿Qué hacen sus drones en nuestro espacio aéreo? Los abatiremos, declaró, al afirmar que la república islámica venció la dominación tecnológica estadunidense.

Confiamos en que no cometan los mismos errores estratégicos que en el pasado, señaló el general iraní, enumerando una lista de incidentes entre Washington y Teherán, y aseguró que su país está preparado para cualquier tipo de escenario.

Teherán también desmintió que sus instalaciones petroleras hubieran sido objeto de un ciberataque, como indicaron supuestas informaciones, después de que se detectaran problemas de conexión en sus plataformas en línea.

Al contrario de lo que dicen los medios occidentales, investigaciones que se llevaron a cabo hoy muestran que no se perpetró ningún ciberataque exitoso contra instalaciones petroleras u otras infraestructuras cruciales, indicó la oficina de ciberseguridad del gobierno, sin precisar a qué informaciones se refería.

La guerra es la última opción

A su vez, el canciller de Arabia Saudita, Adel al Jubeir, reiteró que los ataques contra sus instalaciones petroleras fueron realizados desde Irán y no desde Yemen, aunque aseguró que la guerra con Teherán es la última opción.

El portavoz de la cancillería iraní, Abás Musaví, llamó a Riad a poner fin a la guerra en Yemen en vez de dedicarse a hacer acusaciones infundadas.

En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, criticó las nuevas sanciones de Estados Unidos impuestas la víspera contra su banco central, y dijo que eran un intento por negar al iraní común el acceso a alimentos y medicinas.

“Esta es una señal de la desesperación de Estados Unidos (...) cuando sancionan repetidamente a la misma institución significa que fracasó su intento de poner de rodillas a la nación iraní bajo su (principio de) ‘máxima presión’”, sostuvo Zarif, quien habló después de llegar a Nueva York para la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) la próxima semana.

El emisario especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, saludó la propuesta de los rebeldes hutíes de cesar sus ataques contra Arabia Saudita, al considerar que ello puede terminar con la guerra.

En un comunicado publicado por The New York Times, Griffiths también celebra la mayor apertura de los hutíes hacia la implementación del Acuerdo de Intercambio de Prisioneros y el deseo de una solución política para poner fin al conflicto.

Arabia Saudita, que desde 2015 encabeza una coalición militar para apoyar al gobierno de Yemen contra los hutíes, reaccionó con cautela, al señalar que había que juzgar a los rebeldes yemenitas por sus acciones, no por sus dichos.