Opinión
Ver día anteriorMartes 27 de agosto de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Palabras al viento
E

n 1992, frente a la asamblea de la ONU, Fidel Castro dijo estas palabras: Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora tomamos conciencia de este problema, cuando casi es tarde para impedirlo. Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad. Fueron palabras al viento.

Un grupo de científicos y economistas, pertenecientes a cuatro instituciones de investigación de Finlandia, hace un año produjeron un Informe mundial sobre el desarrollo sostenible. Su voz no quiso ser ni catastrofista ni apocalíptica. Recojo algunas de sus tesis.

La era de la energía barata llega a su fin. La producción de energía utilizable (exergía) requerirá más esfuerzos, no menos, de las sociedades para impulsar todas las actividades humanas. Las economías han agotado la capacidad de los ecosistemas del planeta para gestionar los desechos generados por el uso de energía y materiales. El cambio climático es el costo de hundimiento más pronunciado.

Los economistas ortodoxos subrayan la fijación de precios del carbón como herramienta de política para hacer frente al cambio climático; en tanto, los científicos naturales y los grupos multidisciplinarios de investigación ambiental defienden un compromiso político más profundo y una gobernanza en favor de la transición económica, aunque los países ricos suelen ignorar las dimensiones energéticas de la economía. Las teorías, enfoques y modelos económicos dominantes se desarrollaron durante una era sin escasez energética. Esas teorías fueron cuestionadas temporalmente por las crisis petroleras de los años 70 y 90, pero nada fue significativo.

Además de vivir el rápido cambio climático y la pérdida de biodiversidad, las sociedades están siendo testigos de un aumento de la desigualdad, una escalada del desempleo, un crecimiento económico lento, un alza de los niveles de deuda y gobiernos que carecen de herramientas para gestionar sus economías. Los bancos centrales de EU y de la eurozona recurren a medidas no convencionales, como las tasas de interés negativas y la compra de cantidades significativas de deuda pública, pero muchos analistas advierten que hay muy poco preparado para después del agotamiento de esas medidas, hoy seriamente fatigadas.

¿Qué se puede hacer?

Energía. En la actualidad, 80 por ciento del suministro neto mundial de energía primaria proviene de combustibles fósiles: petróleo, gas natural y carbón. Toda la infraestructura energética debe ser transformada. Hoy el rendimiento energético de la inversión disminuye en todo el espectro: aceites no convencionales, energía nuclear y las energías renovables generan menos energía que los aceites convencionales, cuya producción ha alcanzado su punto máximo; en tanto, las sociedades deben abandonar los combustibles fósiles debido a su impacto en el clima.

Transporte. En las ciudades se debe propugnar por el uso del transporte a pie y en bicicleta, y el transporte público se debe electrificar al máximo. Esto requerirá cambios en la planificación urbana, en la producción de vehículos, en la infraestructura de transporte, como ferrocarriles, carreteras y estaciones de carga, y en la producción y almacenamiento de energía.

Alimentos. En los países en desarrollo, el régimen de una exportación limitada de productos básicos y materias primas e importación de alimentos básicos baratos no ha funcionado para las comunidades locales. Estos países debieran centrarse en proveer una nutrición completa a su propia población y aumentar las oportunidades de subsistencia locales. Los países que dependen de las importaciones de alimentos deberán alcanzar un alto grado de autosuficiencia alimentaria, y el comercio internacional de alimentos debe ser un componente crucial de la seguridad alimentaria.

Vivienda. La industria de la construcción está dominada por el hormigón y el acero, ambos intensivos en energía. Las construcciones de madera de larga duración, por el contrario, pueden proporcionar almacenamiento de carbono. Un cambio significativo hacia el uso de la madera en la construcción requeriría cambios en toda la red de producción, empezando por la silvicultura.

De estos ejemplos se desprende claramente la necesidad de una gobernanza política específica para llevar a cabo las transiciones clave. El Estado debe tomar el mando. El mercado no puede resolver el problema ambiental. La oposición a la intervención del Estado proviene de la escuela neoclásica. Un cambio de enfoque es urgente: de la cognición individual a la dimensión social de la conducta humana.

…Y la Amazonia arde: palabras al viento.