A bordo del Ocean Viking. Los 365 migrantes rescatados por el Ocean Viking, un tercio de ellos menores de edad, cumplen ya más de 10 días varados en el mar con la esperanza de que algún puerto europeo les permita desembarcar.

A bordo del barco humanitario, Hanil, sudanés de 22 años que abandonó su país hace cinco y quien viaja con su hermano menor, Adam, ruega ¡que Dios nos escuche!

El Ocean Viking está detenido en el canal de Sicilia, entre Malta y Lampedusa, luego de que las autoridades maltesas le prohibieron abastecerse de agua y combustible.

El gobierno italiano tampoco respondió a ninguna de las peticiones de desembarco, aseguró Frédéric Penard, director de operaciones del barco que es gestionado por SOS Méditerrannée y Médicos sin Fronteras.

Como está previsto en el derecho marítimo, pedimos los primeros auxilios el 9 de agosto a los centros de coordinación de rescates en el mar de Italia y Malta para que designaran un puerto al cual poder llegar, pero hasta ahora no obtuvimos respuesta de Italia, explicó Penard.

Según el activista, varios estados europeos quieren terminar con estas resoluciones caso por caso y establecer un sistema europeo de acogida de migrantes. Eso es lo que pedimos, pero estas personas deben desembarcar de inmediato. No puede ser que las negociaciones europeas se desarrollen al mismo tiempo que 300 personas se encuentran varadas en el mar, añadió.

Los 85 migrantes que la embarcación de SOS Méditerrannée rescató en primer lugar el 9 de agosto ya llevan 13 días a bordo.

¿Saben a dónde vamos? ¿Cuándo llegaremos?, preguntan a menudo estos migrantes.

Unas preguntas que desembocan en la exasperación, lo que favorece que, en contadas ocasiones, se hayan producido algunas peleas a bordo, fruto de la inactividad, la falta de higiene y la incertidumbre.

Sam Turner, responsable de la misión de Médicos sin Fronteras en Libia, aseguró ayer a la agencia Afp que no sólo se está alargando el sufrimiento de estas personas en el Mediterráneo, sino que otros morirán, ya que nos impiden realizar nuestras operaciones de rescate.

En tanto, el Open Arms abandonó ayer el puerto comercial de Lampedusa, donde desembarcó a 83 migrantes, y se dirige hacia Porto Empedocle, Sicilia, en virtud de la orden dictada por el fiscal de Agrigento, que obedece a la investigación por secuestro de personas, informó la agencia AdnKronos.

Tras el desembraco en Lampedusa, el médico Francesco Cascio, quien examinó a los migrantes, indicó que todos están bien.

El gobierno español advirtió a la ONG catalana Proactiva Open Arms que podría enfrentar sanciones administrativas y multas por 901 mil euros (20 millones de pesos) por sus operaciones de rescate, ya que su barco no tiene licencia para realizar operativos de este tipo, regulados por la legislación marítima internacional, informó desde Madrid Armando G. Tejeda, corresponsal de La Jornada.

El buque Audaz, de la Marina española, que zarpó rumbo a Italia para auxiliar a los migrantes, mantendrá su encomienda, informó la vicepresidenta Carmen Calvo.

El gobierno de España asumirá el refugio de 10 por ciento de los migrantes y el resto irán a Francia, Alemania, Portugal, Luxemburgo y Rumania.