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Nosotros ya no somos los mismos

La sucesión priísta // Ruiz, con su controvertido pasado, refunfuña // Los Salinas se lucieron

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▲ El polémico ex gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz el pasado 22 de junio, día en que registró su fórmula para dirigir al PRI, la cual quedó descartada.Foto José Antonio López
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os días 7 y 11 de este mes se llevarán a cabo, primero, el último debate de los candidatos a dirigir el PRI y, casi de inmediato, la elección interna que decidirá la contienda.

Supongo que los tres contendientes están más que satisfechos: han pasado días apapachados y considerados importantes. Una campaña, sea para una modesta presidencia municipal o para reina de la primavera, es tiempo privilegiado en el que la única encomienda es ser bonito, grato y, si es imprescindible, parecer cordial, interesado y hasta medio conocedor de algo. En una campaña vives inmerso en la casa de los espejos de los circos de antaño, pero mejor, porque tu imagen no aparece gorda, flaca o enana. Al contrario: ni tú te reconoces merced al bendito fotoshop.

Los que evidentemente están enfurruñados por este final son, en primer término, don Ulises Ruiz, el inexplicable ex gobernador de Oaxaca. Perdón, corrijo: el inexplicable gobernador de Oaxaca. El Tribunal Superior de la Federación decidió que la dupla Ruiz/Valencia no podía campechanear las exigencias requeridas para registrar su candidatura. El TEPJF les negó el derecho a participar y con eso lo salvó de repetir, magnificado, el ridículo que ha escenificado cada vez que hay una renovación en la dirección de su partido. Su gratitud debería ser infinita: no solamente lo salvaron de una carcajada universal, sino que le dejaron el beneficio de la duda: ¿No lo habrán eliminado porque representaba un cambio radical no sólo dentro del partido de los revolucionarios de México, sino de la vida política del país?

Breviario cultural sobre el sujeto en comento: acusado de un sin fin de atrocidades contra campesinos, trabajadores, indígenas, líderes magisteriales cuando en junio de 2006 ordenó desalojar el zócalo con un increíble saldo de víctimas, la Suprema Corte condenó sus criminales hechos y omisiones y la Cámara de Diputados lo instó a pedir licencia.

A quienes propagan la idea de que don AMLO ha otorgado un fuerte apoyo a la candidatura de don Alejandro Moreno para presidente del PRI no se les ha ocurrido que le hubiera resultado muchísimo más redituable habérselo brindado al señor Ruiz y convertir el 11 de agosto próximo en el patíbulo de un partido que, con altas y bajas, gobernó nuestro país por la friolera de ocho décadas.

¿Ulises Ruiz presidente del PRI? Sería en el destierro, donde no faltarían ex gobernadores para constituir un honorable gobierno en el exilio.

No hace mucho un video mostró a la familia Ruiz/Salinas (Lilia, Lourdes y Ulises) bailando Bomba, de Jessy Matador, en el cumpleaños de Keith Raniere. ¿Raniere? ¡Sí! El fundador de la secta delictiva a la que la justicia de EU en menos de seis horas condenó por una cauda de delitos como chantaje y hambre para obligar a mujeres a convertirse en esclavas, practicar abortos, violaciones, abusos sexuales, trabajo forzado, tráfico sexual y abuso infantil.

El excelso gurú, autollamado Vanguard, es muy popular entre los Salinas, tanto que, igualmente, se le registró contoneándose con otros hermanitos: Cecilia y Emiliano. Don Carlos Salinas de Gortari, fiel a sí mismo, contestó igual que a quienes le reclamaron por la desaparición de cientos de cardenistas durante su presidencia: Ni los veo ni los oigo.

No tengo espacio más que para una sugerencia: qué tal si tan comprometidos con las bases de su partido los candidatos a dirigirlo, en su último debate, en su última oportunidad, se comprometen a una sola norma de dignidad y respeto: “Cuando la asamblea nacional no reconozca dentro de sus millones de militantes a uno, a uno solo que conozca, se identifique y asuma a plenitud la declaración de principios, el programa de acción y los estatutos partidarios, no podrá en manera alguna nominar, a dedo alzado, a ningún otro ciudadano por más sabio, genial y religioso que nos lo presenten en razón de una conveniencia electoral. Nominar como abanderado de un pendón que nunca ha sido el suyo a quien siempre ha ondeado con su aséptica gestión burocrática todo lo que por años han sido los viejos principios, no vale una misa y menos una vida. Demos las batallas con los nuestros. Perder o ganar es una opción, pero ganar con el enemigo es estupidez o traición.

Twitter: @ortiztejeda