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El organismo no se conoce en zonas marginadas, afirma

El Coneval, creado para simular el combate a la pobreza, asegura AMLO

Critica las molestias generadas por los cambios recientes

Enviado
Periódico La Jornada
Lunes 29 de julio de 2019, p. 9

Zongolica, Ver., En esta región serrana del centro de la entidad, caracterizada por la acentuada marginación social, en especial de las comunidades indígenas mayoritarias, el presidente Andrés Manuel López Obrador reavivó la polémica en torno al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval): si les pregunto aquí en Zongolica ¿Qué es el Coneval? Vamos a hacer la prueba. La votación a mano alzada entre la comunidad congregada lo convenció de la inoperancia del organismo dedicado a la medición de la pobreza.

Al aludir a la publicación en la revista Proceso de una entrevista en la que el ex director del Coneval, Gonzalo Hernández Licona, habría puesto en entredicho sus políticas hacia los sectores marginados, el mandatario abundó en su descalificación al consejo. “¿Saben por qué es la molestia? Por qué yo me baje el salario a 108 mil pesos al mes ¿Cuánto ganaba el que estaba de director del Coneval? ¡220 mil pesos al mes!

“Crearon este organismo para medir la pobreza como todos los organismos que crearon para simular que atendían la pobreza, la transparencia, la anticorrupción.

Todos los órganos con funcionarios bien pagados, oficinas lujosas. Este Coneval, un edificio muy moderno, no conocen siquiera a las comunidades, tan es así que en las comunidades no los conocen a ellos.

No se detuvo ahí, considerando la difusión de entrevista como una manera de resistencia al cambio que promueve. El ex director asegura, dijo López Obrador, que yo abandoné mi compromiso de atender a los pobres. ¡Claro que no! Están recibiendo más apoyos que nunca, se los puedo probar.

Y adelantó que no modificará sus políticas.

Ni un paso atrás

“Ni un paso atrás aunque vengan recomendaciones de Naciones Unidas para que no califiquemos de conservadores a la revista Proceso. El que está a favor del inmovilismo, de mantener el statu quo, es conservador, se dedique a la política o al periodismo”.

El encuentro con la comunidad nahua se realizó en el hospital rural de Zongolica, en esta región considerada de las más marginadas del estado. Las cifras abruman: 85 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza, pero aún más, 56 por ciento encuadra dentro de los parámetros de pobreza extrema.

La reunión fue convocada para evaluar la situación del hospital. Durante el discurso del director de la unidad, Juan Manuel Grajales, en el que reivindicaba como un éxito el abatimiento de la mortalidad materna a un solo caso en cinco años, se evidenció la división entre la comunidad del personal médico. Mentira, gritaron al fondo.

La afirmación reventó la paciencia de un sector minoritario del personal, inconformes con la gestión de Juan Manuel Grajales y las mentiras que decía sobre la realidad de la situación de salud en esta comunidad predominantemente indígena.

Enardecidos, una veintena de médicos y enfermeras despotricaron contra la gestión del director, denunciaron los despidos injustificados de personal y cuestionaron el maltrato a los pacientes, especialmente a indígenas.

La situación no pasó a más y, como ha hecho en todas sus visitas a más de 20 hospitales rurales, el Presidente ofreció corregir la situación laboral de miles de médicos y enfermeras que trabajan como eventuales o bajo el régimen de honorarios.

Fue parte de su diagnóstico de la situación del sector salud: por la misma corrupción dejaron el sistema de salud pública por los suelos. No es para consolar a los de Zongolica, pero así están todos los hospitales y los centros de salud del país. Sin medicinas, faltan médicos, ya no alcanzan las instalaciones, mucho trabajador laborando de manera eventual, sin plazas. Esa es la realidad porque se robaban hasta el dinero de las medicinas.