Hoy se realizará el primer debate –de dos programados– entre los candidatos a la presidencia del PRI. En los lineamientos de este ejercicio se prohíbe a los participantes agredir.

También se les pide abstenerse de utilizar expresiones que denigren o calumnien a los opositores; interrumpir los turnos o exceder en el tiempo previsto.

Habrá un mensaje inicial y luego bloques de diagnóstico y propuesta, así como espacios breves, de tres minutos, para la réplica.

Al igual que ocurrió en los debates presidenciales del año pasado, se expondrán, en este caso, preguntas de la militancia.

La contienda, a realizarse el 11 de agosto, es por la presidencia del partido para el periodo estatutario 2019-2023. La definición será mediante el voto directo y secreto de los electores inscritos en el padrón.

Los representantes de los candidatos (Alejandro Moreno, Ivonne Ortega y Lorena Piñón) se reunieron ayer para afinar detalles; la prensa no ingresará al sitio del debate (auditorio Plutarco Elías Calles, y lo verá en circuito cerrado desde otro auditorio de la sede nacional priísta.

Los ejercicios, el primero hoy (con el eje sobre la concepción y propuestas para el PRI) y el segundo el 7 de agosto (para exponer su propuesta como partido de oposición) tienen como propósito alentar la participación de la militancia y difundir el proceso hacia la sociedad, por lo que se pide que sea una confrontación de ideas y no de ataques.

Los lineamientos originales fueron modificados tras la reinclusión de Piñón a la contienda, por orden del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el cual resolvió que las pruebas en contra la aspirante –de supuesto intento de postulación por un partido político antagónico– fueron presentadas de manera extemporánea.

En tanto, Ortega denunció que hay presiones para aquellos militantes que expresan apoyo en su favor. Dijo también que el candidato de la cúpula ya rebasó el tope de gasto de campaña (4.3 millones) y hace uso del apoyo de las dirigencias de los sectores.

“Encarnación Alfaro y yo llegamos al registro sin la firma de ninguno de los sectores, por lo que hay instrucciones y amenazas, y así lo hace ver la gente en las redes sociales, que ya se avienta a denunciar, acerca de las presiones para que voten en favor (de Moreno). Evidentemente está la cargada pero también el hartazgo de los militantes ante esos excesos y abusos de poder”, dijo en entrevista.