Opinión
Ver día anteriorLunes 15 de julio de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde el otro lado

¿Cumplirá?

D

ecenas de organizaciones y defensores de los derechos humanos alertaron sobre las intenciones del presidente Trump de incrementar sustancialmente las redadas para capturar y deportar a quienes, se presume, carecen de documentos migratorios. No está claro si esta vez el presidente cumplirá, cambiará de parecer, o si todo es un golpe mediático como en otras ocasiones. Pareciera que la amenaza de las redadas esconde, además, una venganza por su fallido intento de incluir en el censo la pregunta sobre si se es o no ciudadano de Estados Unidos. La Suprema Corte le pidió la razón de incluir dicha pregunta en el censo. Trump no la dio y cejó en su intento. Lo evidente es que la pregunta encerraba una forma de intimidación para quienes no son ciudadanos estadunidenses para que se abstuvieran de participar en el censo de cuyos resultados dependen los fondos federales que se otorgan a cada estado, y de la forma en que se adscribe el número de distritos electorales y representantes al Congreso. California, Nueva York, Texas y Florida son los que continúan recibiendo el mayor número de extranjeros y de otras entidades de Estados Unidos, buena parte de ellos latinos y asiáticos, quienes se identifican con el Partido Demócrata. Trump y los republicanos lo saben, y por ello tratan de coartar la posibilidad de que aparezcan en el censo.

El jefe del Ejecutivo López Obrador adelantó que no puede haber deportaciones masivas porque hay un acuerdo con Washington, que se evaluará en septiembre. Si tiene razón y Trump cumple el pacto, o lo rompe, muy pronto se sabrá pero, en cualquier caso, la situación del mandatario mexicano es complicada. Es comprensible que intente llevar una buena relación con su homólogo, porque de esa buena relación depende la suerte de muchos mexicanos. Más allá de esta coyuntura, Trump y los republicanos están en plena campaña electoral y, con o sin acuerdos, los ataques a los migrantes mexicanos o centroamericanos les dan votos. No hay margen para la ingenuidad: está claro que las promesas de Trump se supeditan a sus intereses. A final de cuentas, el mandatario de México tendrá que hacer cuentas sobre la mejor forma de lidiar con las embestidas del huésped de la Casa Blanca sin menoscabo de la dignidad y los intereses de los mexicanos. Lo lamentable sería llegar al extremo de repetir una farsa como la del desafortunado comes y te vas.

En memoria de Jaime Ros y un abrazo para Adriana