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Las fronteras
Relatos en un albergue: muchos huyen de la trata y la violencia en América Central
 
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de julio de 2019, p. 13

Migrantes que buscan refugio en el país llegan muy dañados a los albergues, pues vienen de entornos violentos, algunos fueron víctimas de trata y tienen afectaciones físicas, señaló María Antonia Bobadilla, coordinadora de la Casa Mambré en la Ciudad de México, de la organización Scalabrinianas Misión con Migrantes y Refugiados (SMR).

En el conversatorio La acogida de las personas en condición de refugiados, organizado por el Instituto Nacional de Desarrollo Social, advirtió que ha aumentado el número de adolescentes que llegan solos, los cuales demandan mayor atención, pues pueden ser presas fáciles del crimen organizado.

Bobadilla explicó que la misión SMR es parte de la congregación católica scalabrinianos. La Casa Mambré es un albergue de mediana estancia, donde los migrantes pueden permanecer de tres a seis meses o incluso un año mientras realizan sus trámites para obtener estatus legal en el país. Son canalizados por el Programa Casa Refugiados, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados y el Instituto Nacional de Migración, entre otras dependencias.

Tienen un modelo de atención integral: se les brinda ropa, alimentos, asesoría jurídica y de reinserción sociolaboral para que tengan un proyecto de vida, así como ayuda sicológica. En las entrevistas que les realizan se han percatado de que algunos llegan con mucha violencia, relatan que los están persiguiendo o mataron a sus familiares; otros vienen heridos o sin alguna extremidad.

También han narrado que se vieron obligados a dejar su país porque los quisieron capturar los maras, los querían obligar a matar o transportar droga o los amenazaron de muerte. Son unas situaciones tremendas y ellos no miden a veces los peligros a los que se exponen. Muchos no saben leer ni escribir, otros apenas saben poner su nombre. Pero son gente noble que está dispuesta a trabajar, a estudiar, aseveró Bobadilla.

La mayor parte de la población del albergue son hombres, adolescentes (también con historias de violencia) e integrantes de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, trans e intersexual.